El obispo de Barcelona, Juan José Omella, no elude los embates de los medios catalanes, aunque muestra una especial predilección por TV3, en cuyo plató se escapa como puede de las preguntas relativas al proceso separatista, apela a la "división de poderes" y trata de extender un mensaje conciliador, más dirigido a la parroquia nacionalista que en clave pastoral. La Iglesia, insiste Omella, no puede avalar el proceso emprendido por los políticos nacionalistas.
Más enjundia han tenido las declaraciones deslizadas por Omella este lunes en el programa de las mañanas de TV3 relativas a las relaciones entre la Iglesia y Colau. La periodista Lidia Heredia ha intentado abordar cuestiones políticas y Omella sólo ha concedido un detalle noticioso, pero nada menos que el de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, le ha pedido audiencia para este martes. Y no sólo eso, sino que Omella ha rechazado verse con la alcaldesa porque debe presidir la Misa Crismal, una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal de los obispos que consiste en la consagración del Santo Crisma, el oleo que representa al Espíritu Santo. La misa se celebra el martes santo y en ella se bendicen los aceites para las celebraciones de todo el año.
La cita obispal es inapelable, pero en el Ayuntamiento de Barcelona todavía le están dando vueltas a si Omella les ha tomado el pelo, les ha dado largas, pasa de reunirse con Ada Colau o la Misa Crismal son los Premios Ciutat de Barcelona del arzobispado. Omella, sin embargo, está dispuesto a reunirse con Colau más adelante, a la vuelta de Semana Santa para abordar la agenda anticlerical de "Barcelona en común", el partido de la alcaldesa y "eventos" como el del recitado del "Madrenuestra" entre los muros del Ayuntamiento.
Más enjundia han tenido las declaraciones deslizadas por Omella este lunes en el programa de las mañanas de TV3 relativas a las relaciones entre la Iglesia y Colau. La periodista Lidia Heredia ha intentado abordar cuestiones políticas y Omella sólo ha concedido un detalle noticioso, pero nada menos que el de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, le ha pedido audiencia para este martes. Y no sólo eso, sino que Omella ha rechazado verse con la alcaldesa porque debe presidir la Misa Crismal, una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal de los obispos que consiste en la consagración del Santo Crisma, el oleo que representa al Espíritu Santo. La misa se celebra el martes santo y en ella se bendicen los aceites para las celebraciones de todo el año.
La cita obispal es inapelable, pero en el Ayuntamiento de Barcelona todavía le están dando vueltas a si Omella les ha tomado el pelo, les ha dado largas, pasa de reunirse con Ada Colau o la Misa Crismal son los Premios Ciutat de Barcelona del arzobispado. Omella, sin embargo, está dispuesto a reunirse con Colau más adelante, a la vuelta de Semana Santa para abordar la agenda anticlerical de "Barcelona en común", el partido de la alcaldesa y "eventos" como el del recitado del "Madrenuestra" entre los muros del Ayuntamiento.
Próxima cita con Puigdemont
El obispo también ha anunciado que en breve tendrá un encuentro con el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont. Tanto la Generalidad como el Ayuntamiento pasaron de enviar representantes a la misa de toma de posesión de Omella. En círculos nacionalistas se subraya el perfil "castellano" del nuevo obispo y se insiste en la necesidad de "catalanizarlo". Omella habla catalán, pero en la mayoría de las misas y en todos los sermones opta por el idioma español.