El cinco de marzo, en plena resaca de la investidura fallida de Pedro Sánchez, los equipos negociadores de PSOE y Ciudadanos convocaron a la prensa en el solemne marco del Círculo de Bellas Artes de Madrid, próximo al Congreso, para decirles que el acuerdo de Gobierno alcanzado, y que posibilitó el sí de los cuarenta diputados centristas al líder socialista, no había caducado y que, a partir de ese momento, ambos partidos lo negociarían conjuntamente. Dos semanas después, y ante la evidencia de que Sánchez y el PSOE no piden permiso a Ciudadanos para reunirse con IU, como la semana pasada, y con Pablo Iglesias, como previsiblemente ocurrirá en los próximos días, Albert Rivera ha rebajado sustancialmente ese compromiso: "Pactamos que si el pacto era modificado se hiciera con el acuerdo de PSOE y Ciudadanos". El compromiso, en realidad, aludía a que en un lado de la mesa hubiese siempre una especie de comisión mixta de ambos partidos, como ha ocurrido con formaciones como Compromís o el PNV, o con diversas asociaciones como la CEOE, a la que este mismo lunes se presentarán las doscientas medidas consensuadas. La misma mesa que no han aceptado ni Alberto Garzón ni el secretario general de Podemos.
Rivera, que ha comparecido ante los medios tras la reunión de la Ejecutiva de Ciudadanos, ha hecho su particular balance del tiempo transcurrido desde el 20-D: "Ciudadanos ha sido el único partido que ha bajado a la arena sin querer hablar de sillas". El líder centrista ha dicho que "queda un mes para el final de este trayecto" y ha vuelto a apremiar al PP y a Mariano Rajoy para que posibiliten un acuerdo a tres con el PSOE para no dejar el Gobierno de España en manos de "los populistas y los independentistas". Rivera ha asegurado no entender que el PP critique su acuerdo con el PSOE y al mismo tiempo abogue por un acuerdo de Gobierno con los socialistas. "Yo estoy en desacuerdo con el PSOE en tantas cosas como con el PP, pero los españoles nos han dado un mandato" ha añadido.
En todo momento, Rivera ha expuesto su doctrina sobre lo perjudicial de las reuniones entre líderes, a las que su secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, se ha referido en declaraciones a La Sexta como "postureo". La semana pasada Rivera mantuvo un encuentro cara a cara con Pedro Sánchez, que sin embargo para el líder centrista cabe encuadrarlo como un encuentro de "los equipos negociadores" de PSOE y Ciudadanos. Para el líder del partido naranja, reunirse con Iglesias o con Rajoy no tienen sentido porque, como ha reiterado hasta la saciedad "sólo quieren hablar de sillas". Preguntado por si tenía certeza de eso pese a no querer reunirse con Rajoy, Rivera ha dicho que el presidente del Gobierno en funciones les ofreció públicamente, a él y a Sánchez, sendas vicepresidencias. Un extremo que minutos después ha desmentido el PP.