Minutos después de que detonara la primera bomba en el aeropuerto de Bruselas capital, en torno a las ocho de la mañana, el Ministerio Público español se ha puesto a disposición de Bélgica. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, ha llamado al fiscal federal belga, Frédéric Van Leeuw, para ofrecer su colaboración en la medida en que "pueda haber líneas de investigación" sobre la célula que ha actuado en Bruselas "con individuos vinculados con el yihadismo en España".
Zaragoza ha manifestado que los terroristas islámicos mantienen habitualmente relaciones a través de redes de captación o adoctrinamiento. De ahí la especial necesidad de "ayuda y cooperación en tiempo real" entre países vecinos. El fiscal ha subrayado la rapidez de las investigaciones en delitos de esta naturaleza. Las primeras horas resultan cruciales porque "las células no viven localizadas exclusivamente" en un Estado.
La inmediata comunicación entre las Fiscalías española y belga responde a un protocolo de colaboración que ya se activó en los atentados de París. Una hoja de ruta consensuada entre Marruecos, Francia, Bélgica y España, que conforman un grupo de cooperación en materia de investigación. Creado en 2014, los miembros de este equipo transmiten al resto de los suscriptores cada información que van conociendo.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha comunicado dos peticiones de información de Bélgica y Francia para comprobar precisamente la posible vinculación del ataque en Bruselas con nuestro país.