No fructificaron las intenciones de Miguel Madina Etxebarria, alias Jabalí, de asesinar a Patxi López, antiguo lehendakari y actual presidente del Congreso de los Diputados. Un plan fijado para el 19 de junio de 2010, según la Fiscalía, con el parque Larreagaburu de Bilbao como escenario. Bajo las órdenes de ETA, este supuesto "tirador cualificado" iba a disparar al dirigente socialista y su entonces consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares. Un tiro a traición de un rifle con mira telescópica para detonar otra vez el recuerdo en el homenaje a Eduardo Puelles, inspector de Policía al que la banda terrorista quitó la vida.
No culminó su proyecto y desde este lunes se sienta en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional. El Ministerio Público pide para Tomás Madina Etxebarria 40 años de cárcel por un delito de participación activa en organización terrorista y otros dos de asesinato terrorista en grado de conspiración. La Fiscalía aporta una serie de indicios, como una visita de Jabalí en diciembre de 2009 al entorno desde el que supuestamente dispararía. Es La Mina del Morro, situado a 300 metros en línea recta del lugar en el que fue asesinado Puelles, pero a 3,3 kilómetros en coche, con el río Nervión de por medio, lo que facilitaría su huida.
Un perito con vida normal
Reconoce que acudió a aquel lugar, pero por cuestiones de trabajo. Concretamente para inspeccionar la zona donde un cliente de la aseguradora para la que trabajaba había denunciado un robo con rotura de luna en su vehículo, según ha defendido Madina. También ha refutado que la versión que le define como un tirado selecto. En base a su testimonio sólo cazaba perdices y otras aves de caza menor con la ayuda de perros. Jabalí ha tratado de desmontar los argumentos de la Fiscalía. Asegura que el objetivo del arma incautado corresponde a una escopeta de aire comprimido que le regaló su madre.
Incluso ha negado una supuesta vinculación con ETA. Dice que la banda terrorista le contactó sin éxito por carta, pero que siempre rehusó la colaboración. En cuanto a la mili, ha concretado que la hizo en a Sección de Deportes de la Infantería, como soldado raso y que si recibió buena nota en los test de caza fue por sus conocimientos en la identificación de especies. Y en relación a su alias, no reconoce el de Jabalí impuesto por la Guardia Civil: "Mi único apodo ha sido Tomi, la abreviatura de mi nombre".
Por último se ha referido a la declaración de dos presuntos miembros de ETA que ya declararon tras su detención en marzo de 2011. Ambos dijeron que, por orden de un cabecilla de la banda, tenían que acudir al monte para reunirse con "un señor de 45 años de edad, bajito, gordo y con la cabeza grande". Apuntaron que "la contraseña era sentarse en la cima del monte, con una pieza de fruta en la mano y un gorro rojo". Jabalí, que mide 1,81, también se ha desmarcada a pesar de que subió a aquella ubicación y en aquel momento: "No pertenezco a ETA, ni pertenezco ni he colaborado, no tengo alias y nunca participé en esa acción", ha asegurado.