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Y el Follonero concedió una entrevista a Rajoy

Lo importante era salir en el medio que ataca los principios en los que creen los votantes del PP y hacerlo con la mejor de las sonrisas.

Lo importante era salir en el medio que ataca los principios en los que creen los votantes del PP y hacerlo con la mejor de las sonrisas.
Mariano Rajoy Brey, durante la entrevista con Évole | La Sexta

Después de varias semanas de insistentes gestiones que, sin duda, han involucrado a la flor y nata de nuestra Administración, tras múltiples presiones desde los más variados frentes en pos de un objetivo que, a priori, se antojaba inalcanzable, finalmente el Follonero de La Sexta aceptó entrevistar a Mariano Rajoy. El tesón de un líder político y la labor incansable de su círculo más cercano consiguieron que el presidente del Gobierno apareciera anoche en horario estelar en las pantallas de La Sexta, para afirmar entre otras cosas que Jordi Évole, uno de los tipos que con más saña ataca a todo lo que representa la derecha española, es un periodista admirable y con una trayectoria ejemplar.

Cuando Rajoy le dedicó a Évole sus elogios más sentidos, el reportero de La Sexta acababa de meterle una buena somanta de palos a cuenta de asuntos tan actuales y decisivos para el devenir de nuestro destino colectivo como el drama de las familias de los asesinados en la Guerra Civil (del bando de "los buenos", se entiende), el IBI de la Iglesia Católica o el modelo educativo segregado de algunos colegios concertados.

Antes de reprocharle a Rajoy todas las majaderías que la izquierda suele enarbolar cuando saca a pasear su vena más hipócrita, el presentador de La Sexta le había atizado de lo lindo a cuenta de la corrupción. En el PP tienen que agradecerle a Jordi Évole que no fuera más duro con ese asunto, pero aún así, la imagen de Rajoy tratando de zafarse de los casos de corrupción del PP apelando a lo bonita que es España, los buenos ferrocarriles que tiene y el montón de erasmus que vienen aquí cada año, difícilmente podría resultar de un mayor patetismo.

Pero todo eso carece de importancia. Rajoy salió en el programa de Jordi Évole, que era de lo que se trataba. La imagen que dio es, al parecer, lo de menos. Lo importante era salir en el medio que ataca con más virulencia los principios en los que creen los votantes del PP y, por supuesto, hacerlo con la mejor de las sonrisas. Desde ese punto de vista, lo de Rajoy anoche en La Sexta fue un éxito incontestable. Presidente, misión cumplida.

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