Pese a no haber sumado ningún apoyo (salvo el de Coalición Canaria) Ciudadanos insiste en defender su pacto con el PSOE, que ya sólo podría implementarse con una hipotética y altamente improbable abstención del PP. Lo hace al mismo tiempo que intensifica sus ataques a Mariano Rajoy, al que bajo el latiguillo "no queremos reuniones de líderes" se le niega la posibilidad de tomar parte activa en una eventual negociación a tres con socialistas y populares. Albert Rivera no participó, aunque tampoco vetó, el encuentro entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias posterior a la investidura fallida del primero, y han sido varias las reuniones entre los líderes socialista y de Ciudadanos, la última justo un día antes de que se vieran las caras los secretarios generales del PSOE y de Podemos.
La postura de Ciudadanos es previa a los últimos escándalos que podrían afectar a Rajoy, como el que vincula al ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria, con cuentas en paraísos fiscales, o del de la detención del alcalde de Granada, José Torres Hurtado, que gobernó precisamente gracias al apoyo del partido naranja. El veto a Rajoy de los de Rivera podrían mantenerse incluso ante la cada vez más posible repetición de las elecciones en junio. Este jueves, el secretario general del grupo centrista en el Congreso, Miguel Gutierrez, daba un paso más allá al insinuar que en la cabeza del Rey no está volver a proponer al líder del PP: "Veo muy dudoso que el Rey proponga en estos momentos a Rajoy como candidato después de lo que ha pasado y después de haberle dicho que no".
"Pocas bromas con el Rey"
La declinación de Rajoy ante Felipe VI ha sido un elemento que desde el principio desató las críticas más aceradas de Ciudadanos. "Pocas bromas con el jefe del Estado" llegó a afirmar el portavoz parlamentario centrista, Juan Carlos Girauta. Es, además, el argumento angular sobre el que se basa haber explorado un acuerdo de Gobierno, como el que se firmó en febrero, con el PSOE, después de que Sánchez fuese propuesto por el monarca como candidato a la investidura. El propio líder socialista ha dejado claro que no rompería con Ciudadanos, como dijo expresamente tras su reunión con Iglesias: "Lo puedo decir mas alto pero no más claro: no seré presidente sin el sí de Ciudadanos". En la reunión a tres entre PSOE, Podemos y Ciudadanos fue uno de los negociadores socialistas, Rodolfo Ares, el que le dejó muy claro a la delegación podemita que no estaba en el ánimo de Ferraz romper con los de Rivera.
La gran incógnita es cómo afrontará Rivera una nueva campaña estando tan estrechamente ligado a uno de sus rivales. En diciembre no paró de repetir que había una operación para "salvar al soldado Sánchez". Una afirmación que casi medio año después parece un peligroso boomerang en su contra.