El Mundo abre con que "Otegi arropa a los etarras más sanguinarios no arrepentidos". Vamos, que la cárcel no le ha cambiado nada. Otro como Mario Conde. Federico Jiménez Losantos psicoanaliza a Pablo Iglesias tras su posado en La Vanguardia a lo Pantene. "Lo malo de un déspota cursi es que fusilará al que se ría de su montaje (…) Iglesias aparece siempre rodeado de una guardia pretoriana de varios camaradas, que, de creer su pobre psico-explicación, 'le presta el falo que no tiene'. Esa íntima inseguridad, ese miedo a lo que oculta, se proyecta exteriormente como violencia. Y nada demuestra esa inclinación como ir siempre en cuadrilla. Toda estética de masas -fascista, comunista o nacionalista- busca aplastar lo individual, anular a la persona frente a la masa, nación o tribu. Por eso, cuando Pablísimo , tan masculino, habla de reestetizar la política, da un golpe de melena a lo Saritísima y pone ojos de mujer fatal, lo que anuncia turbiamente en su tiranía. Por exhibirse ocultando su secreto es capaz de todo. Hasta de cambiar a Errejón por Llongueras". Era lo que nos faltaba por ver. Pablo melena al viento diciendo chorradas. Pocas novedades sobre pactos. "PP y PSOE, en precampaña". Dice Santiago González lo que ya sabemos, que "la única opción no absolutamente descabellada sería la gran coalición, pero hay que descartarla por falta de voluntad de una de las partes". Así que "la segunda opción menos mala es la vuelta a las urnas". Y, según las encuestas, la mejor para el PP. Porque, como dice Casimiro García-Abadillo hay "una resistencia casi incomprensible por parte de los votantes del PP, partido que no solo volvería a ganar, sino que incluso aumentaría su ventaja sobre el PSOE (…) Quien piense que el caso Soria ha liquidado definitivamente las posibilidades de triunfo del PP se equivoca". Numantinos, son los peperos.
El País entra de lleno en la pugna del PP con una entrevista a García-Margallo. "Abrir la sucesión de Rajoy pondría en riesgo el futuro del PP". El editorial alerta de que mientras nos entretenemos en broncas partidistas y vetos, "la desaceleración y el ajuste pendiente reclaman resoluciones inmediatas". Pues tendrán que esperar. Hay que negociar con Europa "un nuevo plan de estabilidad que amplíe el calendario de déficit" y "esa negociación no pueden gestionarla Rajoy, Guindos o Montoro", dice sin aclarar por qué no. "Es tarea para un gobierno nuevo. Cada día que se retrasa su formación se alejan oportunidades negociadoras y tiempo de reformas. Si el país va a unas nuevas elecciones se habrá perdido, en términos económicos, más de medio año". Y lo que te rondaré morena.
ABC abre su portada con el terremoto en Ecuador. "Ecuador, superado por un devastador terremoto". Dice el editorial que "queda una semana para lograr un acuerdo que, hoy por hoy, se antoja imposible. Atrás quedarán cuatro meses muy largos en los que los españoles habrán valorado la responsabilidad o irresponsabilidad de cada cual". Uf, al fin. Mientras, Isabel San Sebastián dice que en el PP están a navajazo limpio. "En la pugna a última sangre por la sucesión de Rajoy no es que se borre de la foto al que osa obstaculizar los planes de la favorita; es que se le fusila al amanecer, con focos, altavoz y claqué vociferante. El PP se descompone, se acuchilla, se destroza a dentelladas, se deshace en banderías ávidas de venganza". Y todo pa na, a ver si se creen que Rajoy se va a dejar suceder fácilmente.
La Razón no las tiene todas consigo y por si acaso amenaza a Pedro Sánchez. "El PSOE puede expulsar a Sánchez si pacta in extremis con los independentistas". ¿Tan asustado está Marhuenda? "Las dos vías de negociación abiertas por Sánchez han quedado frustradas. Se podría elucubrar con un gobierno a la valenciana que necesitase 161 votos y, por lo tanto, la abstención de los independentistas. Sánchez se enfrenta en esta última etapa de su fracasada investidura a una verdadera moción de censura por parte de su propio partido". Ya te gustaría a ti.