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Sánchez sigue sin ver a Iglesias como su rival y cree que las elecciones "sólo aplazarán los pactos"

El líder del PSOE pide "un último esfuerzo a los actores del cambio" pero deja claro que es su "deseo expreso de no tirar la toalla".

El líder del PSOE pide "un último esfuerzo a los actores del cambio" pero deja claro que es su "deseo expreso de no tirar la toalla".
Pedro Sánchez, este martes en el Congreso | EFE

El PSOE ya está inmerso en la harina electoral, pensando en estrategia, perspectivas, programa, candidato. No habrá cambios en estos dos últimos porque entienden que "un programa y un candidato son para cuatro años, no para cuatro meses". En Ferraz hay una esperanza y un temor. Esperanza porque creen haber tocado suelo el 20 de diciembre y que a partir de ahora empezarán a rentabilizar el hecho de haber liderado la iniciativa política en los últimos meses. Y temor por la altísima abstención que esperan para un fin de semana de inicio de las vacaciones escolares y en la festividad de San Juan y que esto pueda provocar un repunte de voto en el PP.

Unos miedos en torno a una subida de 'la derecha' que no albergan en lo relativo a Podemos. Los socialistas descartan dos cosas: de un lado, la coalición IU-Podemos porque "muchos votantes de IU no respaldan la actitud de Podemos en la negociación y no están dispuestos a perder su identidad y sus siglas"; y del otro, y en consecuencia, que está alianza electoral pudiera marcar el sorpasso al PSOE en el liderazgo de la izquierda. "No tenemos ningún temor, eso no se va a producir", auguran confiados miembros del equipo negociador socialista.

En clave de campaña se situaba también este martes el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al reconocer que "si hay una repetición de elecciones, lo que estamos haciendo es aplazar dos cosas: una el necesario acuerdo que nos han pedido los españoles que practiquemos los políticos; y dos, las soluciones a muchos de los problemas que están sufriendo los españoles a diario con intensidad".

En los pasillos del Congreso, el líder del PSOE pedía "un último esfuerzo a los actores del cambio", Podemos y Ciudadanos, y un "ejercicio de humildad, responsabilidad y generosidad" para lograr un Gobierno de cambio. Pero dejaba claro que más que su esperanza se trata de su "deseo expreso de no tirar la toalla".

Esta será, dicen en el PSOE la piedra angular de su campaña electoral: la proyección de las culpas de repetir las elecciones en Pablo Iglesias y potenciar la cultura de pacto porque en el mes de julio habrá que llegar a un acuerdo con los mismos actores y un escenario muy parecido. Quizás por ello los socialistas siguen sin ver en Podemos a su principal enemigo y focalizarán en Mariano Rajoy a su principal adversario.

"Nuestro rival es el PP, no Podemos", dice un alto dirigente que revela lo más sorprendente del análisis político que hacen los socialistas. Si bien reconocen que "no son de fiar" y que "nos han mentido y decepcionado", el PSOE sigue sin ver a Podemos como su principal enemigo en la cercana carrera electoral y no descartan que sea con ellos con quien puedan pactar en la próxima legislatura.

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