El diputado en Madrid de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Tardà, se ha desayunado este domingo con las fotografías de la misa de San Jorge en el palacio de la Generalidad y su inmediata reacción ha sido la de lanzarse al Twitter para escribir: "No dejaremos de ver un eclesiástico bendiciendo rosas en el Palacio de la Generalidad el día de San Jorge hasta que no proclamemos la República laica". Sólo le ha faltado añadir el "alguien lo tenía que decir" con el que solía apostillar antaño sus declaraciones.
El problema de Tardà es que no ha leído las crónicas y se ha quedado en las fotos, proporcionadas por la Generalidad de Cataluña. Y en ellas no aparece Junqueras, el presidente de su partido, quien, sin embargo, sí asistió a la misa como fiel devoto que afirma ser. De hecho, Junqueras estuvo con Puigdemont en el funeral de mosén Ballarín, donde coincidieron con el matrimonio Pujol-Ferrusola, que fue agasajado por tres obispos, el emérito de Solsona, Jaume Traserra, el titular de la diócesis, Xavier Novell, y el de la Seo de Urgel y copríncipe de Andorra Joan-Enric Vives, cuyo afectuoso saludo a la pareja fue interpretado como una absolución en los ámbitos financieros andorranos.
El tuit de Tardà ha generado una serie de reacciones en contra de la presencia del obispo Omella, el emérito Martínez Sistach y el auxiliar Sebastià Taltavull junto a Puigdemont y en la sede de la Generalidad en una foto difundida por la propia Generalidad. Advertido de que Junqueras también estaba, Tardà ha plegado velas y ha pasado palabra.
En la página web institucional de la Generalidad también se ha colgado una imagen del president en el momento en el que le regala una rosa a su esposa, Marcela Topor. De hecho, la web autonómica está llena de carpetas con fotografías del "Sant Jordi" de Puigdemont, como si se tratara de un reportaje del ¡Hola! El presidente de la Generalidad con los obispos, con la familia, con el gremio de panaderos, con gente en un espontáneo paseo por la calles de Barcelona, etcétera, etcétera.
