El PSC se echa en brazos de Colau y entra en el gobierno de Barcelona

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha conseguido que el PSC se integre en su equipo de gobierno y los cuatro concejales socialistas han logrado un ascenso inmediato. Se trata de una fusión por absorción que difumina todavía más al partido que gobernó en Barcelona durante 34 años, desde Narcís Serra a Jordi Hereu, pasando por Pasqual Maragall y Joan Clos. En las últimas elecciones locales, el PSC, con Jaume Collboni al frente del cartel, el PSC tocó fondo.

Barcelona En Comú, la alianza podemita liderada por Ada Colau, ocupó el espacio cedido por el PSC y obtuvo once concejales, uno más que CiU, muy lejos de la mayoría (el consistorio barcelonés está formado por 41 ediles), pero suficiente para gobernar dada la fragmentación.

El ingreso de los cuatro concejales socialistas en el gobierno de Colau no le garantiza una mayoría consistente, pero elimina los restos del socialismo en la capital catalana. Jaume Collboni, procedente de la UGT donde fue mano derecha de José María Álvarez, fracasó como candidato pero se ha reenganchado al carro del mando con el puesto de segundo teniente de alcalde, sólo por detrás de Gerardo Pisarello en la estructura de mando de la alcaldesa. Se ocupará de Cultura y también tendrá voz en el área económica. Los otros tres ediles del PSC ocuparán los ámbitos de Derechos Sociales, Educación y Urbanismo, donde desplazan a concejales de Colau pertenecientes a Iniciativa per Catalunya (IC).

El acuerdo ha sido bendecido por el PSC y por el PSOE, pese al discurso que mantiene Pedro Sánchez. Con ocasión de las frustradas negociaciones para su investidura, Sánchez visitó a Puigdemont en público y a Junqueras y la propia Ada Colau en secreto. Según el PSC, Collboni tenía el visto bueno del PSOE y libertad de movimientos para pactar con Ada Colau.

La alcaldesa intenta también atraer a su gobierno a ERC, que se niega a compartir mesa con el PSC. Los republicanos pretenden otro tripartito, el formado junto a los podemitas y los antisistema de la CUP.