"El independentismo jalea a Otegi y margina a las víctimas", titula El Mundo. Fue "acogido como si fuera un jefe de Estado", un tipejo que dice que ya ha pedido disculpas "equiparando el tiro en la nuca con el pisotón a una señora", dice el editorial. "Una institución que se presta a ser cómplice de un sujeto de esta calaña se denigra sí misma". Y ve "impensable" que el parlamento británico o alemán homenajearan a un terrorista. Olvida el periódico que hace nada el Parlamento Europeo también acogió al terrorista sin que nadie, excepto Teresa Jiménez Becerril y Maite Pagaza, dijera ni mu. Incluso las tomaron por locas. "El independentismo catalán ha perdido las nociones básicas de la ética y es capaz de cualquier dislate". Llevan así un tiempecito. Victoria Prego consulta su bolita de cristal, qué pasará, qué pasará, tras el 26J. Dice que Ciudadanos está en un sinvivir porque "no sabe ahora mismo si el pacto con el PSOE le va a privar de la confianza de los antiguos votantes del PP. ¿Van a ser capaces los de Albert Rivera de recuperar la centralidad política?", pregunta. ¿Y qué mayor prueba de centralidad que poder pactar con PP y PSOE, Victoria? El PP, sigue Prego, "tiene que poner sus esperanzas en que el posible éxito electoral de Unidos Podemos saque de su indolencia a su votante tradicional y lo lleve a la urna". Pues Rajoy no mostró ningún temor a que Podemos y PSOE pactaran tras el 20D, más allá del que le producía que le echaran de la Moncloa, que eso sí que se notó que le aterrorizaba. "Pero el que peor lo tiene es el PSOE", y en eso tiene más razón que una santa. "Necesita imperiosamente dotarse de nuevo de una identidad reconocible y no confusa, que es lo que parece ahora", un día podemita, otro antipodemita, un día otegista, otro día yo me lavo las manos, un día independentista, otro no sé, ya veré. "Es de esa cuerda floja de la que tiene que saltar urgentemente si no quiere padecer una fuga de votos que debilite lo que les es tan necesario ahora mismo como el respirar: mantenerse como las segunda fuerza en votos y en escaños. De otro modo, se precipitará por la pendiente de la irrelevancia". Demasiado tarde, el PSOE huele ya a cadáver. Unos acabarán en Podemos, otros en ERC y alguno en Ciudadanos. A cachitos.
El País dice que "el PSOE creará otro impuesto para poder pagar las pensiones". A estos chicos se les está yendo la pinza. Que si hoy hago un gobierno en la sombra, que si mañana pongo y quito impuestos. A Otegi le dedican la foto de portada. "Otegi aprende del proceso catalán". Que va a ser bueno y no va a pegar más tiros, quiere vender el periódico. No editorializa sobre el tema. Está más preocupado por "lo que une al cangrejo rojo con la trucha arcoíris". Y no es broma. El País está reculando deprisa con Podemos, ahora que los ve cerca de la Moncloa. "Podemos censura los ataques de Maduro, a quien compara con Rajoy". Qué van a censurar ni qué niño muerto. Incluso tienen el morro de diferenciar entre buenos y malos la coalición Unidos Podemos. "A diferencia de sus socios electorales, Izquierda Unida carga contra la oposición venezolana", dice. A ver en qué acaba este descarado cambio de actitud del periódico de Prisa. Apuesto a que Pablito será un socialdemócrata moderado antes de que acabe el mes.
A ABC no le amedrenta Maduro. "Maduro reprime en la calle la democracia que el mundo le exige", dice en su portada. La segunda se la dedica a Otegi. "El Parlamento de Cataluña desprecia a las víctimas con la visita de Otegi". Bieito Rubido augura que "cuando pasen los años y dentro de medio siglo se estudien" los tiempos de ETA, "los nietos de muchos nacionalistas que utilizaron el supuesto amor a su tierra para justificar los asesinatos de la banda terrorista se avergonzarán". Eres un ingenuo Bieito, serán héroes y les pondrán estatuas, y si no, al tiempo. El editorial está especialmente indignado con el partido de Pujol, al que todavía tienen en gran consideración, vete tú a saber por qué. "Arrodillarse ante Otegui, criminal multirreincidente, es una indignidad impropia de un partido como Convergencia, irreconocible ya desde cualquier punto de vista". "Hacer de palmero de un verdugo entre gestos de satisfacción es una crueldad con las víctimas que Puigdemont o Colau jamás debieron permitir. El proceso de miseria intelectual del independentismo se agrava hasta un punto vergonzante". Pues yo no entiendo de qué se sorprenden. Isabel San Sebastián siente "náuseas". "Viendo a este Otegi triunfal, pasear su chulería, yo me pregunto: ¿para esto nos jugamos la vida?". A Ignacio Camacho tampoco le ha pillado de nuevas. "La dominancia secesionista ha acabado por destruir el sistema político e institucional entregándolo a una partida de iluminados. Una colección de talibanes del destino manifiesto auxiliados por un estrambótico grupúsculo de trotskos y anarquistas" medio zumbados. "En esas manos ha quedado la dinámica sociedad del 18 por ciento del PIB español, sumergida cada vez más en la ciénaga de un delirio mitológico". Y espera que ese manicomio no se haya extendido fuera de Cataluña, Ignacio.
La Razón dice que "Otegi sella con los independentistas la 'vía catalana' que diseñó en la cárcel". "Conversaciones en prisión revelan que el plan abertzale es seguir los pasos de Mas, que lo ha 'hecho de puta madre'". Sí, no hay más que verlos. Dice el editorial que "algo pasa en Cataluña. La mayoría de los catalanes son contrarios a la macabra política etarra de asesinar a sus adversarios políticos". ¿Estás seguro, Marhuenda? ¿O eso era antes de que el independentismo les quemara las neuronas? "El independentismo se ha apropiado de las instituciones, el gobierno y el parlamento". No, perdona majo, han llegado a las instituciones, el gobierno y el parlamento porque los catalanes les han votado.
La Vanguardia sólo le dedica la foto de portada. "Otegi fractura el Parlament con su visita". El editorial se muestra muy crítico con la visita, desaprueba la "cálida y empática bienvenida de las formaciones independentistas" al asesino. "Una cosa es que ciertas fuerzas política catalanas, proclives a la desobediencia, las soluciones unilaterales y la subversión del actual sistema, sientan especial sintonía con Otegi" y otra que "la presidenta del Parlament exhiba una cordialidad hacia Otegi que muchos no comparten". Se le ha dado un "trato inadecuado" porque Otegi "no se ha distinguido a la hora de pedir perdón por el dolor que causó el terrorismo". "No es Nelson Mandela. Y el Parlament casi lo ha tratado como tal, en lo que cabe interpretar como otro preocupante síntoma de la tendenciosidad vigente en la política catalana". A su lado, la columnista estrella del conde de Godó, Pilar Rahola, pone a caldo a su periódico. Habla del PP, pero a tenor del editorial, es extensible a La Vanguardia. Más otegista que nadie, dice Rahola que criticar la vista de Otegi al Parlament es "usar a las víctimas del terrorismo". Que han montado una "escandalera" porque, como dice Otegi, "les reporta beneficios electorales". "Otegi es un interlocutor válido para el futuro de Euskadi porque apostó por la paz", dice. Esta chica tiene claros síntomas de la "preocupante tendenciosidad vigente en la política catalana" que denuncia su propio periódico. Yo me andaría con cuidado, nunca se sabe en qué terminan estas cosas.