Con la idea de ser más eficaz ante las nuevas amenazas y tensiones internacionales que se han generado en las dos últimas décadas, la OTAN aprobó en la cumbre de Gales de 2014 la constitución de una Fuerza de Respuesta Rápida (NRF), un ejército aliado compuesto por hasta 40.000 efectivos preparado para ser desplegado en cualquier escenario. Una necesidad de la que carecía hasta ese momento la organización aliada.
Dentro de esta fuerza, se constituía asimismo una Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), constituida por unos 5.000 efectivos. El objetivo es que, con carácter anual, unidades militares de los países aliados estén en alerta constante para que en tan sólo cuarenta y ocho horas puedan ser enviados a cualquier lugar del planeta. Cada año, uno de los principales socios aportará la punta de lanza, es decir, el grueso de esa VJTF.
Este año 2016 es el primero en el que la NRF está en funcionamiento y España es el primer país encargado de aportar la punta de lanza de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad. En total cerca de 5.000 militares del Ejército de Tierra, Aire y Armada están en alerta a la espera de ser llamados por la OTAN. Este hecho, unido a otras misiones, hace que 2016 sea el año más importante para España en la OTAN desde su ingreso en 1982.
El pasado 13 de mayo, el Cuartel General de la OTAN en Europa (SHAPE), con sede en la localidad belga de Mons, decidió activar la VJTF con el objetivo de conocer y probar las capacidades de esta fuerza y hacerla participar hasta en tres ejercicios de adiestramiento en Polonia. Exactamente, en el ‘Brilliant Jump 16’ -que tiene lugar desde el pasado martes hasta el próximo día 27- y en el Valiant Falcon 16, que se celebrará entre el 28 de mayo y el 8 de junio.
La Fuerza Terrestre española está compuesta principalmente por la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportada Galicia VII, así como por diversos elementos de apoyo para la fuerza terrestre. En total, 1.300 militares y más de 500 vehículos de combate, a los que se añadirán otras unidades los ejércitos de otros países socios de la Alianza Atlántica, como es el caso de Estados Unidos, Reino Unido, Polonia y Albania.
El material español llegó hace unos días al puerto polaco de Szczecin, ubicado al norte del país, donde además del alto número de vehículos de combate también había 70 contenedores de material y equipamiento militar. El mismo ya ha sido desplazado hasta el campo de maniobras de Zagan, donde se realizará un ejercicio con la mente puesta en las dos principales amenazas: Rusia y la amenaza yihadista.