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Pablo Iglesias, muy irritado con Rivera, se niega a interceder con Maduro

Ha dicho que "cuando gobernemos mantendremos buenas relaciones con todos los países independientemente de quien gobierne".

A su llegada al aeropuerto de Barajas tras una visita de tres días a Venezuela, Albert Rivera pedía a Pablo Iglesias que, ya que "tiene mano" con el régimen de Nicolás Maduro, intercediese para liberar a los presos políticos. Y el líder de Podemos, no ha tardado ni horas en responder al de Ciudadanos dejando claro que no es una de sus intenciones: "Creo que no es un escenario en el que tenga sentido que intervengan los candidatos a la Presidencia del Gobierno de España", ha asegurado en unas declaraciones a la prensa en el Congreso de los Diputados.

Según Iglesias, en Venezuela se tiene que desarrollar una "labor de mediación" que la tienen que llevar a cabo "el ministro de Exteriores y, en todo caso, los expresidentes. Una labor que, a nuestro juicio, debe ir en la línea de lo que está planteando la Unasur o el Papa Francisco", ha explicado.

El líder de Podemos también ha asegurado que "cuando gobernemos en España, nuestro Ministerio de Exteriores apostará por una política de Estado que mantenga buenas relaciones con todos los países latinoamericanos independientemente de quien gobierne".

Críticas a Rivera

Tras ello, también ha criticado de nuevo la visita de Rivera a Venezuela: "Creo que demuestra una situación de enorme incomodidad los que se tienen que ir a miles de kilómetros tratando de evitar que se hable de los problemas de los españoles y hablando de la situación de terceros países".

"Yo no voy a entrar en acusaciones ni en provocaciones con nadie", aseguraba el líder de Podemos refiriéndose a C's, pero segundos después lo hacía añadiendo que "no deja de sorprenderme por otra parte que una fuerza política que está en contra de que los inmigrantes sin papeles tengan la tarjeta sanitaria, de repente esté tan preocupada por los Derechos Humanos".

Y finalizaba asegurando que cree "que tenemos una democracia lo suficientemente madura como para que los asuntos de un tercer país vayan a pesar muy poco en unas elecciones en las que los españoles se juegan mucho. Aquellos que pretender condicionar la campaña con la situación de otros países se equivocan, pero allá cada uno".

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