Un acto para leer entre líneas y con múltiples mensajes velados. En el único acto que compartirá el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta andaluza, Susana Díaz, hasta el cierre de la campaña electoral el viernes 24 de junio, los dos dirigentes que decidirán el futuro del socialismo a partir del 26J se han intercambiado este martes varios dardos para marcar el territorio de cara a lo que podría acontecer pasadas las elecciones.
Más allá de los aparentes mensajes de unidad, y de los esfuerzos de ambos por disimular su eterno enfrentamiento -Sánchez calificaba a Díaz de "aliada" y ésta se definía como su ayudante"-, los mandamases del PSOE se dedicaron varios avisos con lectura post electoral en el desayuno informativo de Europa Press en Sevilla.
El primer turno fue el de la baronesa socialista quien se encargó de la presentación de su secretario general y se afanó en destacar que Sánchez es "un hombre generoso, que sabe lo que quiere, que sabe como lo puede conseguir", pero le añadió otro mensaje: "y que sabe que tiene a su lado a un partido que por encima de los intereses propios pone los intereses de España".
Y hubo uno más. Aderazado con duras críticas a Podemos, y al líder de su formación, Pablo Iglesias, Díaz reclamó que el PSOE no se "confunda" alejándose de la socialdemocracia "a la que pretende emular ahora Podemos. "Y ahora que está de moda la socialdemocracia, nadie tiene que buscar la copia, aquí está el original. es la mayor operación de camuflaje en la historia reciente de España".
Tras haber tomado nota de los avisos, sólo comprensibles en clave interna, el líder socialista subió el envite al advertir a Díaz de que su ambición es volver a pilotar las negociaciones para formar Gobierno tras los comicios de junio. Y para ello, volverá a convocar consultas a la militancia como ya hizo en el mes de marzo tras suscribir su pacto con Albert Rivera.
"Lo que votaron los socialistas no fue una pregunta tramposa ni que retorcía la realidad. Nosotros lo que consultamos a los socialistas fue un acuerdo de más de 200 medidas para mejorar la calidad de vida, el bienestar y el progreso de nuestro país".
Una consulta que fue utilizada por el secretario general del PSOE como parapeto y órdago ante los barones del PSOE quienes, tras el comité federal del mes de enero, aplacaron las críticas internas contra el intento de Sánchez de intentar formar Gobierno.