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Sostres llama "mamarracho" al camarero de Baleària

Dice en la COPE y ABC que sólo faltaba "que el servicio se nos subiera a las barbas".

Salvador Sostres ha vuelto por sus fueros, esta vez en el programa de Carlos Herrera de la COPE, donde se da abrigo al blog del polémico colaborador de ABC, a cuenta de la polémica entre Quimi Portet y un camarero de Baleària.

"El músico Quimi Portet pidió en catalán un café con leche en un barco de Baleària. La ruta era entre Barcelona y Palma, dos localidades en las que el catalán es hablado, por lo que era lógico que Portet creyera que le entenderían", comienza su blog haciendo gala de una imperdonable falta de información, puesto que el trayecto era entre Ibiza y Formentera, no entre Barcelona y Palma.

Critica Sostres que el camarero no pidiera a la estrella del pop "educadamente que se lo dijera en castellano" y critica "el recochineo impropio del servicio". "Baleària ha hecho muy bien llamando la atención a su empleado: no tanto por no saber catalán, sino por ser un maleducado", dice el columnista obviando que el camarero intentó disculparse.

Lejos de hacer ninguna crítica al comportamiento del ex de El Último de la Fila subiendo la foto del camarero a Twitter en lugar de pedir el libro de reclamaciones, Sostres dice que "es provinciano que la intolerable chulería del camarero haya recibido tanto apoyo en las redes sociales. Y es nacionalismo de la peor España no entender que éste no es un problema entre el catalán y el castellano, sino entre un cliente correcto y un camarero que se comportó como un mamarracho, y que no sólo olvidó que su tarea es servir sino que además quiso ofender", dice Sostres confundiendo el humor con la ofensa.

La perla la pone el inefable columnista en el último párrafo: "Por encima de Cataluña, España, Italia, Francia o Grecia, la gran patria es la derecha, hay un orden y este orden es jerárquico, y sólo faltaría que nos pareciera bien que el servicio se nos subiera a las barbas".

No es la primera vez que el colaborador de Cope y Onda Cero hace alarde de su clasismo y desprecio por lo que llama "el servicio". Cuando era columnista de El Mundo escribió que "en Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo solo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota". "Lo fundamental en un país son sus ricos y la turba es intercambiable", dijo en otra ocasión. Y más recientemente criticaba a los columnistas que elogiaban a Carmena tildándoles "carraca para entretener a chachas y peluqueras".

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