Menú

Cuando Julio Iglesias hizo de mediador ante la Casa Blanca

Hace siete años, José Luis Rodríguez Zapatero pidió ayuda al cantante para ser recibido por Barack Obama.

No se publicó en su día, hace de ello siete años, pero al hilo ahora de la visita de Barack Obama a España recordamos que Julio Iglesias actuó como mediador para que el primer mandatario norteamericano recibiera al entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Imaginamos que desde Moncloa se realizaron todas las tentativas posibles por vía diplomática y, en un desesperado esfuerzo, ZP recurrió a su exministro de Defensa, José Bono, sabedor de la amistad del político manchego con el cantante.

Influyera o no la gestión de Julio Iglesias, el caso es que el presidente Obama tuvo a bien saludar en su Despacho Oval al Presidente español un día de octubre de 2009. El prestigio que tiene el creador de "La vida sigue igual" le ha permitido sortear algunas dificultades durante su ya larga estancia en los Estados Unidos, más de cuarenta años ya. Por ejemplo cuando ETA secuestró a su padre en vísperas de las Navidades de 1981.

La banda terrorista pretendía cobrar un rescate cuantioso. A tal fin, aunque el cantante desconocía exactamente cuál era la cantidad que querían, urdió un plan para que un hermano de su representante artístico, Alfredo Fraile, viajara a Madrid en avión portando una bolsa con un millón de dólares, aunque no se tenía la certeza de si iba a ser suficiente. La operación precisaba del visto bueno de las autoridades de Miami. Dos agentes acompañaron hasta la pista del aeropuerto al enviado especial con dicho dinero. El FBI conocía perfectamente el asunto. Así es que ni en la aduana norteamericana ni en la española de Barajas hubo problema alguno. Afortunadamente, dos días después, el 19 de enero de 1982, el doctor Iglesias era liberado.

Me encontraba aquellos días en Miami como enviado especial de mi revista y pude enterarme de aquel desesperado intento de rescate a cambio del millón de dólares. Mi inolvidable colega Julio Camarero había contactado con el FBI y por una filtración logró aquella sensacional exclusiva.

La vida de Julio Iglesias en los Estados Unidos le ha posibilitado sin duda alguna su estrellato internacional. Tenía una obsesión en sus primeros tiempos de estancia allí: cantar algún día con Frank Sinatra. Fíjense que cuando nuestro compatriota comenzó su carrera musical en 1968 ganando el Festival de Benidorm, la Voz ya era desde hacía más de dos décadas una celebridad mundial, tanto en la música como en el cine. Porfió mucho Julio para llegar hasta Sinatra. Quien fue la persona clave para que ambos artistas coincidieran fue la última esposa de Frank, Bárbara, que se había convertido en admiradora del madrileño. Sin duda cuando éste la conoció desplegó todos sus encantos.

El caso es que Bárbara Sinatra invitó a Julio para que acudiera en 1984 a una concurrida fiesta de cumpleaños de Frank. Allí, Julio Iglesias interpretó en impecable inglés "Begin the beguine", la universal melodía de Cole Porter, que causó sensación en el homenajeado: "Frank, encantador en todo momento, aplaudió a rabiar la actuación de Julio, vino a vernos al camerino y estuvo charlando amistosamente con nosotros", recordaba nuestro buen amigo y excelente persona, Alfredo Fraile.

Frank Sinatra y Julio Iglesias coincidieron más adelante en otras circunstancias y hasta grabaron un dueto. Aquel lejano sueño del más internacional de nuestros cantantes estaba conseguido. Dentro de dos meses cumplirá setenta y tres años, de los que lleva cuarenta y ocho en los escenarios. Y es lo que él ha dicho: "Mi proeza en la actualidad no es vender más discos… sino cantar a mi edad".

Pero ¿y ahora, en este verano de 2016, qué es de él después de sus últimos alifafes en su delicada salud por culpa de aquel lejano accidente de automóvil? Pues que ha reanudado la gira mundial que había interrumpido meses atrás por culpa de sus tremendos dolores de espalda y su operación de ciática. Lleva dos meses rodando de nuevo con sus conciertos y confiesa que ya está recuperado, tras un periodo en el que le era imposible descansar porque "era como tener un cuchillo clavado en la espalda", según sus propias palabras al expresar su estado físico. Tiene además previsto concluir su próximo disco con canciones mexicanas interpretadas a dúo con Plácido Domingo, Juan Luis Guerra, Joaquín Sabina, Thalía, Pablo Alborán, Andrés Calamaro…

Por fortuna no le han quedado ya secuelas de la mentada intervención quirúrgica y dentro de unos días lo tendremos una vez más en España aunque en la presente ocasión sus recitales entre nosotros serán muy reducidos: el 16 de julio actuará en La Palma, el 20 en Las Palmas de Gran Canaria, el 23 en Santa Cruz de Tenerife y el 2 de agosto en Cambrils (Tarragona). ¿Por qué este verano no ha prolongado más su gira española? No lo sabemos. Decisión suya, o bien que no hay empresarios que se arriesguen a contratarlo. Me inclino por la primera razón.

Y entre medias, el 29 de este mismo mes, será invitado especial en Montecarlo. Allí es viejo conocido, donde mucho se le admira.

Voy a contarles una anécdota que, aunque incluida en las memorias de Fraile, yo ya conocía. Sucedió en mayo de 1970 con ocasión de la inauguración de Puerto Banús, en Marbella. Su propietario, echó la casa por la ventana, don José Banús. Logró que estuvieran presentes los entonces príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, y asimismo el Aga Khan. También otras personalidades como el doctor Barnard, el dueño de la revista Playboy y el director de cine Roman Polanski. Y hemos dejado para el final a los príncipes de Mónaco, Raniero y Grace. Sobre estos últimos se silenció en la prensa española que habían cobrado por acudir al evento. Como lo leen: cinco millones de pesetas. Una pasta entonces. Claro está que para los anfitriones del fiestorro esa importante cantidad sería considerada como donativo para las obras asistenciales del Principado monegasco. Podría ser así… Bueno, ¿y por qué he traído a colación esta inauguración marbellí? Porque hubo una gala musical en la que actuó Julio Iglesias. El escenario se había instalado sobre la hierba y cuando el cantante fue a cumplimentar a la otrora estrella de Hollywood… ¡le pisó la mano derecha! Ni que decir que Julio se deshizo en súplicas y Grace Kelly, como era de esperar, exhibió una amplísima sonrisa, lo disculpó, dijo que no se preocupara… ¡pero estaba muy dolorida! Pasados unos años Julio Iglesias actuó en varias ocasiones en el Principado con la asistencia de Grace, e imaginamos que alguna vez recordarían aquel incidente. La vida de nuestro ídolo da para un amplio anecdotario pero, por hoy, ponemos punto y final al artículo.

Temas

En España

    0
    comentarios