La presencia de Rita Barberá, salpicada en la investigación del blanqueo de capitales en Ayuntamiento de Valencia, fue lo más llamativo de la sesión constitutiva del Senado en la que no hubo grandes sorpresas. Cámaras y micrófonos la esperaron a la entrada de la Cámara Alta pero la popular valenciana prefirió no hablar y contestó a la prensa con un "encantada de saludarles. Muchas gracias".
A su llegada al escaño Barberá comunicó a sus compañeros que estaba cansada, tal y como recogieron las cámaras de televisión: "Estoy deseando llegar a Valencia para meterme en la cama", dijo. La popular aseguró que se había levantado muy temprano, "a las cuatro menos veinte" y por eso necesitaba descansar.
La senadora no entendió la expectación mediática que generó y le dijo a un compañero: "Ni que fuera yo la presidenta del Senado".
El momento en el que juró acatar la Constitución también provocó las reacciones de varios senadores, que se lamentaron con un "ohhh".