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Lo que Rivera le dirá al Rey

El líder de Ciudadanos quiere que el monarca "ayude" a desbloquear la "guerra fría" entre Rajoy y Sánchez. 

El líder de Ciudadanos quiere que el monarca "ayude" a desbloquear la "guerra fría" entre Rajoy y Sánchez. 
Felipe VI, durante una recepción a Albert Rivera. | EFE

El próximo jueves, el Rey concluirá su primera ronda de contactos después de las elecciones del 26-J con los líderes de los cuatro principales partidos políticos de España, a los que recibirá en orden inverso a su representatividad. Así, Albert Rivera acudirá a La Zarzuela a primera hora, antes de que lo hagan Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. El líder de Ciudadanos adelantó el pasado jueves a El País el mensaje que le trasladaría al monarca: “Que nos ayude a convencer al PSOE y al PP para que dejen de darse la espalda, y que convenza al señor Sánchez de que tendrá que abstenerse para que esto se ponga en marcha, porque si no iremos a unas terceras elecciones”. Suficiente para que el diario de Prisa titulase en la portada de su edición del viernes: “Voy a decirle al Rey que le pida a Sánchez la abstención”.

A Rivera no le gustó aparecer como alguien que osaba darle instrucciones al jefe del Estado y por eso movilizó a su equipo, que a las once de la mañana del viernes (doce horas después de que el titular apareciese publicado en la primera edición de El País) emitía un comunicado de desmentido, donde ponía especial cuidado en manifestar un escrupuloso respeto hacia su majestad: “Ciudadanos siempre ha manifestado su respeto por el papel institucional que la Constitución otorga al Rey y particularmente en este caso a las funciones que le otorga el artículo 99 respecto al proceso de consultas con los partidos políticos y la propuesta de un candidato a la investidura”.

Para apuntalar el desmentido, el número dos de Rivera, José Manuel Villegas, un consumado experto en apagar fuegos políticos, comparecía de urgencia en el Congreso, donde suavizaba el mensaje afirmando que Rivera le pediría al Rey que “interceda” para “convencer” al secretario general del PSOE de la abstención del grupo socialista, lo que permitiría a Mariano Rajoy gobernar en minoría. 

El PSOE considera "imprudente" a Rivera

Pero los desmentidos escritos y orales del partido naranja no lograban acabar con los rescoldos de la polémica. El mismo viernes el PSOE, por boca de su portavoz Antonio Hernando, quien hace sólo unos meses negociaba con Ciudadanos un acuerdo de Gobierno, le pedía prudencia al líder centrista: “Albert Rivera no debe dar consejos al Rey. Es un error meter al jefe del Estado en las conversaciones entre partidos”. Parecidas críticas recibía por parte del ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo: “Creo que esa no es la función del Rey. Tiene un mandato muy tasado. Sería desnaturalizar el mandato constitucional”. 

Fuentes de la dirección de Ciudadanos, en conversación con Libertad Digital, admitían la dificultad periodística de “sintetizar” en un titular de pocas palabras, y afirmaban que “quizá la frase sería ‘ayuda [del Rey] al desbloqueo’” aunque se remitían al contenido íntegro de las palabras de Rivera: “El mensaje completo es el de la entrevista y está ahí. Era pedir ayuda, más que pedir que haga algo, pero es difícil sintetizar”.

La abstención "técnica" 

Por lo demás, Rivera le transmitirá al Rey las razones de su postura actual: una abstención “técnica” en la segunda votación a Rajoy -el candidato que con toda probabilidad propondrá Felipe VI para ser investido presidente del Gobierno- que, por sí sola es insuficiente y que podría retirarse, como ha amenazado esta semana Ciudadanos, si el PP explorase el acuerdo con los nacionalistas para la investidura, como parece haber hecho para la configuración de la mesa del Congreso.

Precisamente esa posibilidad es la que está permitiendo al PSOE quitarse de encima la presión para que conceda su abstención. Los socialistas dicen que la opción más plausible para un nuevo Gobierno es la “vía del 179” en alusión al número de diputados que votó a favor de la configuración de la mesa, sumando los de PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y parte de los de la antigua Convergencia. Una vía impensable para los centristas. El mismo martes, tras la votación que inauguró la nueva legislatura, el propio Rivera contestaba escuetamente en los pasillos del Congreso: “¿Cómo voy a pactar yo con Convergencia?”.  

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