La noche del pasado 26 de junio fue un fracaso para Podemos. Convencidos durante toda la campaña de que iban a dar el sorpasso al PSOE, el recuento electoral acabó con las esperanzas de los dirigentes del partido de Pablo Iglesias. Un fiasco que parecía premonitorio de lo que iba a suceder en el inicio de la XII Legislatura.
No pudo frenar la crisis
Tras la noche electoral, las malas noticias para el líder de Podemos se fueron encadenando. La primera, el líder de Podemos no pudo frenar el resurgimiento de la crisis interna entre su afines y los cercanos a Íñigo Errejón. Los dos bandos de Podemos se tiraron los trastos a la cabeza buscando las causas del fracaso en las urnas. Mientras que los pablistas apuntaban a la campaña dirigida por el número dos de Podemos y criticaban que había estado "dominada por la contención", los errejonistas cargaban contra la alianza con Izquierda Unida. El propio secretario político dijo que era "difícilmente contestable, con las cifras en la mano, que, en este caso dos mas dos no han sumado cuatro".
En medio de la crisis interna, se daba a conocer una conversación del secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, en uno de sus chats internos de la formación. En el texto, avisaba a los críticos: "Para que crezca el amor no sólo hay que regarlo sino también extirpar las malas hierbas de las violencias enquistadas".
Finalmente, Iglesias logró apaciguar la situación y tras varios informes internos se terminó por culpar de la pérdida de más de un millón de votos a la "campaña del miedo del PP" y a la "gestión parlamentaria" llevada a cabo por el partido en los meses de febrero, marzo y abril.
Candidato fracasado
Su vuelta al Congreso de los Diputados también estuvo marcada por el fracaso. Asumiendo que ya no eran un partido protagonista en las negociaciones para formar Gobierno, en un primer momento, prefirieron mantenerse al margen. Pero, la elección del presidente del Congreso hizo que Pablo Iglesias volviese a intentar ocupar portadas con una de sus propuestas.
En un intento de presionar al PSOE, Podemos nombró al líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, como su candidato para dirigir la Cámara Baja. Una proposición que el líder del partido morado hacía llegar a Sánchez y a los nacionalistas de CDC y a ERC.
El plan inicial de Iglesias era que los 17 diputados catalanes les apoyasen para que Domènech pasase a la segunda votación en la que solo compiten los dos aspirantes más votados. Quería el líder de Podemos dejar fuera de juego al candidato del PSOE, Patxi López, algo que no sentó nada bien en el partido de Pedro Sánchez.
Viendo que este plan no iba por el buen camino, Iglesias lo modificó y ofreció a los socialistas un "acuerdo de reciprocidad". Éste consistía en que cada uno presentase a su candidato y el que menos apoyos lograse apoyaría al del otro partido. Algo que el PSOE calificó como "una falacia" y mantuvo a su candidato, Patxi López. Los separatistas de Convergència también hicieron oídos sordos a la propuesta de Iglesias y Esquerra Republicana rechazó la oferta calificándola de "paripé y un teatro". Podemos no fue capaz de sumar a nadie a su propuesta alternativa ni tampoco consiguieron presionar a los socialistas, por lo que el plan se convirtió en un nuevo fracaso.
No más propuestas, por ahora
Así las cosas, desde Podemos aseguran que, por ahora, se acabaron las propuestas. Pablo Iglesias va a esperar que los demás partidos lleguen a acuerdos y que el PSOE se abstenga. Así, creen, podrán ocupar el lugar de los socialistas, el de la oposición parlamentaria.
Hasta entonces, no se esperan propuestas de Iglesias ni en su visita al Rey de esta semana. Aseguran desde Podemos que no habrá sorpresas y que, tras su visita al monarca, el líder de Podemos "no dará un golpe de efecto", como el pasado enero cuando tras hablar con Felipe VI, dio una rueda de prensa en la que le pidió a Pedro Sánchez la vicepresidencia, una serie de Ministerios y el CNI, entre otras cosas.