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El separatismo calienta el 11-S con una supuesta inhabilitación de Forcadell

Los dirigentes del "proceso" agitan esa hipótesis para llamar a la ocupación de las calles.

Los dirigentes del "proceso" agitan esa hipótesis para llamar a la ocupación de las calles.
Puigdemont y Forcadell | EFE

La posibilidad de que Carme Forcadell sea inhabilitada para el ejercicio de cargo público por el Tribunal Constitucional (TC) es muy remota, según admiten dirigentes y portavoces nacionalistas. Sin embargo, a estas horas es lo único con lo que se cuenta para agitar el "Onze de Setembre" y movilizar a las bases separatistas. El pleno del 27 de julio en el que Junts pel Sí y la CUP aprobaron las conclusiones de la "comisión de estudio del proceso constituyente", la desconexión del resto de España, fue replicado por el TC con una requisitoria en la que se pide a Forcadell y los juristas de la cámara catalana una explicación. Dada la proximidad del 11-S, no parece plausible que los magistrados puedan tomar una determinación sobre el futuro de Forcadell antes de esa fecha, pero eso no arredra a Neus Munté, la portavoz del gobierno autonómico, a la hora de pedir "unidad soberanista" y "grandes movilizaciones en las calles" con la imagen de la presidenta del "Parlament" como "víctima de un Estado español de muro granítico".

Forcadell, expresidenta de la "Assemblea Nacional Catalana" (ANC) es el pegamento que une a los partidos separatistas. Tanto ERC, de la que fue dirigente local en Sabadell antes de entrar en "política cívica" como el PDC convergente y la CUP coinciden en su defensa, lo que en estos momentos es el único punto de acuerdo entre las fuerzas por la independencia, empantanadas en la cuestión de confianza de Puigdemont, los presupuestos prorrogados y el grado de desobediencia adecuado al momento.

Temor en la ANC

Sobre esa base, la ANC pretende movilizar a la ciudadanía para una quinta diada masiva. El temor a pinchar en una gran manifestación llevó a los dirigentes de esta organización a dividir el 11-S en cinco ciudades (Barcelona, Tarragona, Lérida, Berga y Salt) con la que se pretende expresar la expansión total del "proceso" en el territorio catalán. La segunda de Jordi Sànchez en la ANC, la exdiputada de ERC Marina Llansana, ha alertado de que a mediados de agosto esperan llegar a los cien mil inscritos para la manifestación de Barcelona, a años luz de las cifras de pasadas ediciones. A pesar de que el discurso alarmista veraniego no varía como señuelo para animar a la participación, en esta ocasión parece tener más relación con un "proceso" en el que las grandes proclamas separatistas contrastan con el día a día de una Generalidad que depende del Estado para financiar el "proceso" y con el de unos figurantes cansados de esperar una república inminente que no acaba de llegar.

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