Definitivamente, no es igual la relación que Albert Rivera tuvo con Pedro Sánchez a principios de año, cuando PSOE y Ciudadanos firmaron un acuerdo de Gobierno frustrado, que la que tiene con Mariano Rajoy, al que este domingo estrechaba la mano tras la firma del acuerdo de investidura con el PP. Hasta la campaña electoral de junio, y de manera muy tibia, no volvió a confrontar el líder centrista con el secretario general de los socialistas, mientras que ahora ha tardado apenas veinticuatro horas en arremeter contra el presidente de los populares.
Durante su intervención inicial en abierto, antes de la reunión del grupo parlamentario naranja -polémica por incumplir la propuesta de conciliación del pacto con el PP- Rivera ha lanzado un velado dardo al presiente del Gobierno en funciones: "Algunos han tirado la toalla, incluso los que se presentan a la investidura, pero yo no tiro la toalla" afirmaba Rivera, que se ha mostrado "muy preocupado" por lo infructuoso de la reunión mantenida este mismo lunes entre Rajoy y Sánchez. "Me preocupa que la vieja política sea incapaz de sentarse a hablar" afirmaba ante los suyos el líder de Ciudadanos, que ha vuelto a presumir del acuerdo con el PP que, a su juicio, "tiene un color naranja".
¿Aún se puede convencer a Sánchez?
Tampoco han sido menores los dardos directos a Sánchez: "Estoy convencido de que nadie que quiera ser presidente del Gobierno puede bloquear España, aunque no sea presidente" una línea argumental que ha reforzado aludiendo a las derrotas electorales que sufrieron antes de llegar a La Moncloa Felipe González, José María Aznar o el propio Rajoy.
Rivera le ha pedido a sus treinta y dos diputados que "hagan política" ya que será la manera, considera, de hacer cumplir acuerdos como el suscrito con el PP o los que se puedan alcanzar en el futuro. E incluso ha lanzado un propósito que se antoja casi imposible para hacer cambiar de postura al PSOE ante el debate de investidura que se inicia este martes: "Vamos a intentar convencer de aquí al viernes a quienes no se hablan". El domingo, tras estrechar la mano de Rajoy, aseguraba que sólo al candidato a la investidura correspondía buscar más apoyos para la misma.