Aunque Pablo Iglesias ha permanecido buena parte del verano alejado de los focos intentando resucitar la influencia de su partido de cara al nuevo curso político, algunos titulares suyos o de sus compañeros de Podemos los han colocado de nuevo en el ojo del huracán.
Ese fue el caso de Pablo Echenique: el secretario de Organización de Podemos protagonizó una sonada polémica cuando trascendió que no había pagado la Seguridad Social a su asistente personal durante un año, hasta primavera de 2016 y que, además, no era la primera vez: ya lo había hecho en 2012. Aunque Echenique trató de echar balones fuera culpando al mensajero y luego al propio empleado, la situación escoció incluso entre sus socios. Entretanto, se filtró un vídeo que trajo polémica pero por otro motivo: en él, el dirigente podemita aparecía, de cena, cantando una jota con la letra "chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia".
Otra expresión de mal gusto, pero esta vez en boca de Pablo Iglesias, trascendió este verano. OK Diario publicó una conversación por whatsapp de Iglesias en la que éste afirmaba que "azotaría hasta que sangrase" a Mariló Montero y la presentadora reaccionó con una denuncia ante el Instituto de la Mujer. También pidió su dimisión. Podemos minimizó el hecho, que encuadró en una conversación informal que nunca tuvo que haber trascendido.
También se vio a Iglesias cantando, como Echenique: en un vídeo publicado por El Español, el líder de Podemos versionaba un tema de Javier Krahe y, guitarra en mano, afirmaba que su miembro estaba "a la par" que el de Albert Rivera.
Juan Carlos Monedero, por su parte, dio de qué hablar por un vídeo de 2011 en el que ponía en duda la sexualidad del rey de España al afirmar que su relación con Eva Sannum fue en realidad un montaje para tapar la supuesta bisexualidad del monarca. Entre tanto, se conoció que la Complutense había decidido finalmente sancionarlo por sus trabajos de asesoría para, entre otros, el régimen venezolano.