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Ligues y coitos en el Congreso, mucho sexo en el ambiente

La prensa también ha entendido al fin todas las partes del NO de Sánchez a Rajoy y atisba elecciones en Navidad.

La prensa también ha entendido al fin todas las partes del NO de Sánchez a Rajoy y atisba elecciones en Navidad.
Pablo Iglesias y Domenech se abrazan ayer en el Congreso. | EFE

El Mundo dice que "el portazo de Sánchez aboca a unas terceras elecciones", no hay más tu tía. Cree el editorial que a Sánchez le cae gordo Rajoy. Lo intuye por su "durísimo discurso plagado de descalificaciones al candidato" que "dejó patente su animadversión personal hacia Rajoy". "El talante tan duro y negativo que caracterizó la intervención del líder socialista permite deducir que estamos ante una posición inflexible, que no va a variar en las próximas semanas ni en los próximos meses". Jamás de los jamases, ya lo había dejado clarito el líder socialista bastante antes que ayer. Rajoy, "en un tono moderado y sarcástico desmontó parte de los argumentos de Sánchez" y con sus gracietas animó el debate. Arcadi Espada avisa de que "no habrá necesidad de que empiecen las ceremonias estadísticas sobre el ganador del debate porque yo voy a adelantarme". Da gusto con este hombre, siempre ahorrándonos trabajo a los demás. "Ganaron claramente aquellos para los que la inexistencia de gobierno es una excelente noticia, porque trabajan para destruir el Estado". La prueba indiscutible es que "son los únicos que salieron del Congreso con la sonrisa en la cara". Jorge Bustos se atreve a llevarle la contraria a Arcadi y certifica que ayer se lo pasaron pipa todos los diputados. "Rajoy salió a la cancha a divertirse (…) El hemiciclo pasó en 24 horas de biblioteca a discoteca: Ra-Joy Eslava", dice contagiado del ambiente festivo y el concurso de graciosidades. "Se divirtió él, alborozó a los suyos, lo celebraron sus partidarios en la redes y hasta arrancó sonrisas de la bancada de Podemos". Vamos, que estaban todos descojonados. Con Pedro "desenvainó el florete del sarcasmo y en tres trazos redujo el tamaño de su opositor a una nada pueril y bronceada". Con Iglesias, que optó por "regresar al monte", "Rajoy paró, templó y mandó", con tanto buen rollo que hasta Iglesias "le reconoció el buen humor, y faltó poco para que se fueran de botellines". Al tiempo, Jorge, al tiempo. Rivera fue de serio y "se pidió la voz de la sensatez", mientras Tardá "disparató a niveles Python". En resumen, la jornada "fue un festival". Otra, otra, otra… También Lucía Méndez detectó que hay algo entre Pablo y Rajoy. "Rajoy discutió con el líder de Podemos como el tío con el sobrino punki que viene a comer a casa. Con simpatía". Hasta Emilia Landaluce lo dice. "Mariano y Pablo se llevan mejor entre ellos que con Sánchez y Rivera. Se nota la afinidad personal". Raúl del Pozo vuelve de vacaciones admirado con Rajoy. "Parece un tronco que baja por el río y, cuando sus rivales menos lo esperan, revive y se traga los pies y las manos de los adversarios políticos (…) Estuvo brillante y demoledor en la, quizá, mejor intervención parlamentaria de toda su vida". Has estado cumbre, presidente.

El País dice que "el portazo sin alternativa de Sánchez aboca a elecciones". ¿Harán juntos la reunión de portada El País y El Mundo o tendrán grupo de wasap? Cebrián, del que ayer se acordaron varias veces en el Congreso, convierte la presión a Sánchez en amenaza. "O Sánchez sale de su incoherencia o será responsable de repetir elecciones". Juan Luis se está haciendo viejo y eso parece afectarle al oído. Que ya no te hacen ni caso en el PSOE, que no es no, Cebrián, no es no. Javier Ayuso se quedó "con las ganas de saber cómo va a cumplir Sánchez su promesa de que no habrá nuevas elecciones", porque a él su arremetida le sonó a que "Sánchez quiere llegar a unas terceras elecciones". Y esa posibilidad le tiene muy preocupado. "El nivel de desafección de los españoles va en aumento". Tranquilo Javier, tu por eso no pierdas el sueño, estamos curados de espanto. A Rubén Amón también le llamó la atención el "duelo impostado y simpático de Iglesias con Rajoy. Se gustan". Vamos, que el duelo entre ellos se pareció más al de Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones en El Zorro que al típico que acaba con el consabido "¡muere villano!".

"El PSOE mantiene el bloqueo a España", acusa ABC. Dice el editorial que Sánchez "radicalizó su no hasta un extremo ya irreversible a no ser que el sector crítico del PSOE fuerce su rectificación". ¿Qué sector critico? ¿Fernández Vara? "La intransigencia de Sánchez se ha tornado casi enfermiza". Reprocha a Sánchez que no desvelara "si intentará formar gobierno con Podemos y el separatismo o si su objetivo real es repetir comicios" y dice que Rajoy "abandonó el tono gris" del día anterior "para recurrir a tanta ironía como contundencia al socavar la credibilidad de Sánchez, retratar a Pablo Iglesias como un mero exponente de la típica verborrea propia de un mitin bolivariano, acoger a Rivera como a un líder responsable y denunciar los abusos del independentismo catalán". Cumbre, presidente, has estado cumbre. Gabriel Albiac hace alarde de su condición de filósofo y nos intenta explicar el significado de "no es no". Porque parece simple, pero qué va, "no-es-no da el paradigma del tipo de enunciados cuya oquedad opera como pantalla que oculta otra cosa: la contraria muy verosímilmente". Es más, "el clásico más clásico del siglo XX acuña la locuaz paradoja que subyace al que niega: 'El contenido de una imagen o de un pensamiento reprimidos puede abrirse paso hasta la conciencia bajo la condición de ser negado. La negación es una forma de hacer perceptible lo reprimido'". ¡Ahí va! ¿Y esto lo sabe Pedro Sánchez? Isabel San Sebastián lo ve clarísimo. "Jamás habrá acuerdo alguno entre el PP y el PSOE mientras al frente de esas formaciones estén dos hombres cuya relación personal no es mala sino peor. Una mezcla de odio y desprecio" explosiva. Pero no todo son hieles en el Congreso, no se crean. Cuenta David Gistau que "la irrupción de una nueva generación ha hecho que se disparen los chismes sobre ligues y coitos (…) Mucho sexo en el ambiente". Y no puedo contarles más porque el tío aguafiestas de Gistau se nos ha puesto en plan misterioso. "No sigo porque, igual que Peñafiel, valgo más por lo que callo que por lo que digo". Venga Gistau, por fa, no nos dejes con la miel en los labios. Eso no vale. Te damos hasta la próxima columna para que empieces a largar.

La Razón cuenta los noes de Sánchez. "84 veces No". Tiene su mérito. Dice el editorial que Sánchez ha cerrado "cualquier posibilidad a la investidura de Rajoy". Califica su discurso de "pataleta infantil" y dice que hasta Pablo Iglesias estuvo mejor, con "una intervención parlamentaria dura, también sobrada de demagogia y radicalismo pero sin las descalificaciones ad hominen que oscurecieron la intervención del socialista". Parece que hasta Marhuenda ha entendido por fin todas las partes del no es no. "Por lo escuchado a Sánchez, por el tono de su intervención por sus gestos y, también por lo que calla, no parece que vaya a ser posible la investidura de Mariano Rajoy ni ahora" ni nunca. Pues no, parece que no. A no ser… sueña Marhuenda. "Los barones tienen que forzar al líder del PSOE a que acepte la abstención". Lo llevas claro, majo, baja de las nubes. Sobre el debate, Fran Carrillo se derrite. "Dominante en la ironía, en el sarcasmo, en esa socarronería que le hace manejar cualquier argumento con solvencia. Aceptó con sorna la negativa de Sánchez, fue batallador con Iglesias a quien le dio un tratamiento de jefe de la oposición real, acreditó su fama de buen parlamentario". Lo dicho. Cumbre, presidente, cumbre.

Y en La Vanguardia, Llucia Ramis destaca el papel de "cura pidiendo la paz entre hermanos" de Rivera. "Decía cosas bonitas y naifs, pero en plena guerra de tomatazos, no puedes quedarte ahí pidiendo que paren, porque te darán por todos lados". Y así pasó, que parecía el profe intentando poner orden en una clase alborotada mientras los chiquillos se tiran bolitas de papel.

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