Que Rita Barberá se aferre a su escaño en el Senado evidencia dos de los males que Ciudadanos viene señalando en los últimos años: los imputados por corrupción ocupando cargos públicos y beneficiados, además, por el aforamiento que el partido naranja pretende eliminar. Sin embargo, la reacción de los centristas a la decisión de la exalcaldesa de Valencia, que ni siquiera contenta del todo a muchos de los suyos, ha sido de entusiasmo. El propio Albert Rivera no dudaba en atribuirse en Twitter el mérito de la baja como militante popular de Barberá.
Los votos de @CiudadanosCs sirven para exigir pacto anticorrupción y que los imputados por corrupcion se vayan de la política. #RitaBarbera
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) 14 de septiembre de 2016
Poco después, su número dos, José Manuel Villegas, comparecía de urgencia en la sala de prensa del Congreso para felicitarse de lo ocurrido, afirmar que el pacto con el PP -que exige la retirada de los imputados por "corrupción política"- se "ha cumplido en este punto" e incluso afirmar, a preguntas de los informadores, que un Gobierno de Mariano Rajoy es "la única posibilidad" de evitar unas terceras elecciones.
Petición en Valencia para que renuncie como senadora
Villegas ha comenzado su intervención presentando la baja del PP de Barberá como "una demostración de que se pueden cambiar las cosas" y sacando pecho de que los "viejos partidos adopten decisiones propias de la nueva política". Además, ha anunciado que este mismo jueves pedirán en las Cortes Valencianas, las que designaron a Barberá como senadora gracias a la hegemonía del PP cuando ya se cernía sobre ella un inquietante horizonte penal, una votación para pedirle su renuncia como senadora por esa comunidad autónoma.
Villegas ha realizado una larga explicación para justificar el conformismo de Ciudadanos con el comunicado de Barberá, que se resume en que, a partir de ahora, será senadora pero no militante del PP: "Los partidos no podemos obligar a ningún cargo, a ningún senador, a renunciar al acta. Por eso hablo de dos opciones: la primera es que el cargo público, a requerimiento del partido, deje su acta, pero si el presunto imputado se aferra al acta, lo que pedimos es que sea expulsado o en todo caso que abandone el partido en el que está. No puede seguir representando a un partido, en este caso firmante del acuerdo, alguien en un cargo público si está imputado por corrupción. Y por lo tanto, como no podemos obligar al cargo público a abandonar el acta, pues la opción que queda es que abandone el partido y en ese sentido consideramos que se cumple el pacto firmado con el PP".