Órdago tras órdago, el todavía secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, comparecía este viernes al filo de las 21:00 horas para seguir tensando la cuerda al sector crítico del PSOE con un giro radical de estrategia. Comparecencia improvisada a pocas horas de que se inicie el Comité Federal de este sábado y con un objetivo claro: poner a los barones contra las cuerdas para que destapan su intención oculta de abstenerse ante un Gobierno del PP.
¿La jugada? Ofrecer su cabeza y abandonar la trinchera de Ejecutiva "en funciones" con un ultimátum: si pierde la votación este sábado, se irá y se constituirá una gestora; pero si no, los críticos quedarán derrotados con el estigma de haber votado pensando en clave de cesar a Sánchez con la voluntad de abstenerse ante el Partido Popular.
Dicho de otra forma: ofrece su dimisión a cambio de que los barones y críticos se 'mojen' sobre la abstención al PP que sólo han defendido en privado y que, explicaron fuentes de su equipo, no necesita un cambio en el orden del día de mañana. Si bien la votación versará sobre convocar un Congreso Extraordinario, los 295 miembros del Comité Federal "votarán pensando en la cabeza de Sánchez y la constitución de una gestora y, al tiempo, quedarán todos ubicados en el bando de la abstención de forma automática como Felipe González".
Públicamente, Sánchez sólo lo insinuó al decir que "si el Comite Federal de mañana decidiera cambiar su posición y pasar a la abstención, obviamente no podría administrar una decisión que no comparto. Si algo me enseñaron mis padres es que lo único que tengo y lo que único que debo preservar es mi palabra y mis convicciones", dijo poniendo en juego la dimisión a la que se ha negado tajante en todo momento. "Resolver el debate es indispensable y urgente", añadió el líder del PSOE que pidió "serenidad y altura de miras sobre este Comité y que decida mañana sin mas dilación: o se monta una gestora o deciden los militantes en un congreso como aprobó el PSOE".
"Resolver el debate es indispensable y urgente", añadió el líder del PSOE que pidió "serenidad y altura de miras sobre este Comité y que decida mañana sin mas dilación: o se monta una gestora o deciden los militantes en un congreso como aprobó el PSOE". En contra de la línea mantenida por su propio secretario de Organización "en funciones", César Luena, el cambio radical de las horas que restan al cónclave lo acompañó Sánchez de una petición de un "debate político de fondo, no de reglamento. Es la posición ante el Gobierno de Rajoy", simplificó el líder socialista utilizando nuevamente su argumentación contraria al PP de la corrupción: "España no se merece cuatro años más de Rajoy, de un presidente que ha mentido, que con sus políticas retrógradas ha provocado desigualdad, pobreza y corrupción".
Sánchez volvió a parapetarse en la militancia del partido a quien citó en primer lugar, antes que a los votantes y simpatizantes, y recordó que él fue elegido primer secretario general por un sistema de primarias y que "son los militantes quienes deben decidir ahora el rumbo del PSOE", como ha defendido públicamente para convocar un Congreso Extraordinario de octubre a noviembre.