El festival internacional de cine fantástico de Sitges, la localidad costera de la provincia de Barcelona, es una de las grandes citas del sector cinematográfico, si bien un tanto venida a menos. Especializado el festival en el género fantástico y de terror, los organizadores pretenden darle un aire internacional, un toque cosmopolita, un punto de glamour aderezado por la capitalidad de Sitges en el circuito homosexual.
El cartel de este año pretende ser una muestra del alcance mundial del evento y para ello nada mejor que situar a Sitges en Barcelona, Cataluña, la tierra, la Unión de la tierra, el sistema solar, la sección 001, la federación unida de planetas, etcétera, etcétera, tal como se la localiza en la imagen gráfica.
Así pues, Sitges está en cualquier lugar, incluso en la dimensión desconocida, pero nunca en España, Spain, o la Unión Europea. Barcelona y Catalonia son las referencias peninsulares y continentales del singular cartel de la galaxia independentista del festival de cine. Una paletada sin efectos especiales que demuestra hasta qué punto llega la contaminación ideológica en la vida cultural de Cataluña. Odio a España por la vía de la negación, pero con el patrocinio del Ministerio de Cultura.