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Zapata alega que oyó el chiste de Irene Villa de niño y lo utilizó para debatir sobre el humor

El concejal de Ahora Madrid declara ante el juez por sus chistes sobre terrorismo y antisemitas. 

Guillermo Zapata se prodigó en Twitter en el denominado humor negro. Hizo chistes de la desgracia ajena: del Holocausto judío, del asesinato de las niñas de Alcácer y, para más inri, de Irene Villa. Como consecuencia, el concejal de Ahora Madrid se ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional. Dignidad y Justicia pide para él un año y ocho meses de cárcel por un presunto delito de humillación a las víctimas del terrorismo. También lo solicitaba Manos Limpias, aunque no se ha presentado en el juicio, donde tanto el Ministerio Público como el propio acusado han defendido la libre absolución.

En el Plenario y a la salida, Zapata ha insinuado que su posición en Ahora Madrid ha podido influir en este cara a cara con la Justicia. Porque solo cuando accedió a la concejalía de Cultura, tras las elecciones de mayo de 2015, se impulsó este procedimiento basado en un tuit de 2011. No obstante, cree que presentarse como víctima no es la solución y ha confirmado su condena a ETA. En base a su discurso, vertió los chistes negros en la red durante el transcurso de un debate abierto en las redes sociales sobre los límites del humor negro. Una conversación en la que participaron multitud de personas a raíz de unos tuits que firmó el director de cine Nacho Vigalondo, despedido por ellos de El País.

Lo suyo era solo "un chiste que escuchó durante la infancia en el barrio", cercano al de Aluche donde la víctima de ETA sufrió el atentado. "¿Dónde está la gracia?", ha cuestionado el fiscal: "No pretendo que el chiste tuviera gracia, ni siquiera lo hago mío, por eso lo entrecomillo", ha respondido Zapata. El todavía concejal de Ahora Madrid, ahora como representante de los distritos de Fuencarral-El Pardo y Villaverde, renunció a la cartera de Cultura porque "para ejercer ese cargo no se podía partir de una polémica de este estilo".

Se ha arrepentido, aunque solo a medias, de "no contextualizar de la forma más clara para que nadie pudiera tener la más mínima duda de mi respeto a las víctimas del terrorismo. No me gusta causar dolor innecesario a nadie". Zapata ha manifestado su respeto absoluto a las instituciones y ha terminado con una reflexión interna: "Se nos está juzgando con un estándar determinado y tenemos que estar a la altura. Tenemos que responder y asumir las responsabilidades". Entretanto, el juicio ha quedado visto para sentencia.

El tuit

Todo el procedimiento se articula en torno a un mensaje publicado el 31 de enero de 2011 en la red social Twitter:

"Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos"

Hace referencia, por un lado, al crimen de Alcácer: el secuestro, violación, tortura y asesinato de Miriam, Toñi y Desirée, tres niñas de catorce y quince años del municipio valenciano que da nombre al caso. Las niñas desaparecieron en noviembre de 1992 y sus cadáveres se encontraron semienterrados dos meses más tarde. También alude a Irene Villa, víctima de un atentado de ETA en octubre de 1991, cuando tenía doce años. La explosión de un coche bomba en la calle Camarena del barrio madrileño de Aluche le arrebató las dos piernas y tres dedos de la mano izquierda.

Aquel tuit se concretó en una cuenta personal o perfil bajo el nombre de @casiopeaexpress. Resultó que pertenecía a Guillermo Zapata, un guionista de televisión –por ejemplo, en la serie Hospital Central–y creador de cortometrajes que, previo paso por el 15M y otros movimientos de características similares, se convirtió en miembro fundador de Ganemos Madrid. Gracias a las negociaciones que él mismo dirigió al lado de Celia Mayer, se produce la confluencia de esta formación con Podemos, que se materializa en la creación de Ahora Madrid. Las elecciones municipales de mayo de 2015 lo aúpan a la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la capital.

Debate jurídico

Según la Sección Segunda que ordenó la reapertura del caso, salvo el voto particular, la frase de Zapata puede humillar objetivamente a las víctimas del terrorismo. En contra y siguiendo el informe del Ministerio Fiscal, Pedraz defiende que "no hay víctima a la que se pueda humillar", dado que Irene Villa manifestó no sentirse vejada con los chistes sobre su discapacidad; ni "la necesaria reiteración para sobrepasar los límites de la libertad de expresión". Según el juez de instrucción, "por mucho que una mayoría crea que unas palabras sean humillantes, no por ello han de constituir un delito".

Pedraz protagonizó un duro alegato en su último intento de archivo del caso: "Nos encontramos, pues, ante una frase sin intención de humillar a las víctimas. Se trata de palabras que no pueden por tanto criminalizarse, a salvo de las dictaduras que criminalizan las palabras como si fuesen hechos y no distingue entre ellas". Pedraz justifica que el mensaje solo ofendió a unos y que "no existe un derecho a no ser ofendido". "En definitiva, estamos dentro de los límites de la libertad de expresión" apuntó el magistrado. Según el juez, estos casos se pueden convertir en ejemplarizantes para otras personas dando lugar a la autocensura. Y lo que es peor, a ello habrá contribuido un poder judicial que no cumple su función constitucional al retroceder el derecho en favor de una justicia material, que no legal".

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