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La AN habla de terrorismo apoyado por Bildu en la agresión a la Guardia Civil en Alsasua

La juez Lamela toma la investigación y se refiere a un movimiento que busca el “miedo" en los agentes para que abandonen la comunidad.

La juez Lamela toma la investigación y se refiere a un movimiento que busca el “miedo" en los agentes para que abandonen la comunidad.
Arnaldo Otegi, aspirante a lehendakari inhabilitado por terrorismo | EFE

Tal y como aseveró la Fiscalía, la Audiencia Nacional es competente para investigar la brutal agresión del municipio navarro de Alsasua. La juez Carmen Lamela ha armado un auto a la altura de la gravedad del asunto. Detecta indicios de delito en la paliza que sufrieron dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas, no solo de atentado contra la autoridad y lesiones en el episodio concreto. También de provocación a la discriminación, odio o violencia y de terrorismo en el comportamiento de un grupo apoyado por Bildu, Sortu y Ernai que se dedica a amedrentar a miembros de la Benemérita, a sus familiares, amigos y quienes se relacionen con ellos para que abandonen la Comunidad Foral.

A tenor de los informes de la propia Guardia Civil, identifica a los autores de la agresión identificados hasta la fecha: "Jokin Unamuno Goikoetxea, Adur Ramírez de Alda Pozueta, Aratz Urrizola Ortigosa, Julem Goicoechea Larraza, Edurne Martínez Arrese, Jon Ander Cob Amilibia, Iñaki Abab Olea, Oihan Arnanz Ciordia, Aitor Calleiras San Román, Ainara Urquijo Goicoechea, Aritz Urdangarín Cano y Nahia Bengoetxea Garisoain". Estarían integrados en el movimiento "Aldehemendik!", "¡fuera de aquí" en castellano.

Según Carmen Lamela en base al atestado de la Guardia Civil de Navarra, esta corriente persigue desde sus inicios en 1998 la expulsión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la Comunidad Foral y del País Vasco. Contaron al principio con el apoyo de bandas como Jarrai, Haika y Segi, y ahora con el respaldo de Bildu, Sortu y Ernai. "A tal efecto, realizan todo tipo de acciones de protesta, presión y hostigamiento contra la Guardia Civil y sus familias, buscando provocarles una sensación de continuo miedo e inseguridad e impidiéndoles realizar una vida normal. Se han valido de actitudes provocadoras, concentraciones, pintadas, pancartas, vídeos y el uso de las redes".

Añade el auto que convierten en todo momento a los agentes en "objetivo de grupúsculos violentos, con el gran condicionante que supone para su vida diaria, llegando a tener miedo o dificultades para comprar en comercios, disfrutar del tiempo libre con su pareja sentimental o apuntar a sus hijos a actividades". Además, crean "un clima de miedo entre los ciudadanos, instándoles a no entablar ningún vínculo afectivo o simplemente de amistad o cortesía con con miembros de la Guardia Civil, en un intento de aislarlos". Según la juez y los agentes, "el incumplimiento de estos preceptos por algún ciudadano le convierte automáticamente en objetivo de esos grupúsculos violentos".

Relato de los hechos

La resolución de Lamela expone el relato de la brutal agresión que sufrieron dos agentes de la Guardia y sus parejas la noche del pasado 15 de octubre en Alsasua. Todos los que participaron "conocían con anterioridad la condición del Teniente y el Sargento, siendo esta la única causa por la que fueron insultados y golpeados".

Un sargento de 35 años y un teniente de 25, ambos fuera de servicio, disfrutaban con sus parejas en el bar Koxka de las fiestas de octubre de la localidad. En un momento de la noche, un grupo de jóvenes identifica al menor de los agentes, posiblemente porque no hacía mucho tiempo que había participado en el rescate de un conjunto de expresos de ETA que se habían quedado aislados y atrapados en la nieve. Los miembros de la Guardia Civil y sus mujeres son rodeados por entre 20 y 25 personas y alguien les lanza un vaso. Les increpan con gritos tales como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones, fuera de aquí", "perros" o "putos pikoletos", entre otros. Como la tensión se incrementa, deciden marcharse.

Pero ya es demasiado tarde. Porque empiezan a volar patadas y puñetazos por parte de decenas de personas que les acorralan dentro del bar. Entre empujones, golpes y forcejeos, las cuatro víctimas salen del local, aunque otro grupo d 15 a 20 personas les espera fuera y alcanzan al joven teniente de 25 años. Le tiran al suelo y uno de los agresores le rompe el tobillo de un pisotón. Su novia intenta protegerle, pero también es golpeada, de igual forma que el matrimonio formado por un sargento cordobés de 35 años y por su mujer, que hacía dos semanas se habían instalado en Alsasua. El teniente yace en el suelo con el tobillo roto y sangrando, pero los agresores no cejan en sus golpes y se ceban con él.

El linchamiento termina cuando llegan la Policía foral de Navarra -a quienes los autores reclaman que detengan también al "sargento" y las ambulancias, que trasladan a las cuatro víctimas al hospital. De las decenas de personas que participaron en la paliza, solo dos fueron detenidos por la agresión y el tumulto que se formó después en la puerta de la comisaría de la Policía foral. Los arrestados quedaron en libertad, acusados de atentado contra la autoridad y otro delito de lesiones y al día siguiente protestaron contra la versión de la Guardia Civil en una manifestación en Alsasua en la que exhibieron símbolos de ETA.

La reacción de Podemos y Bildu

El Parlamento de Navarra aprobó el 17 de octubre, tres días después de la agresión, dos declaraciones de condena distinas. Una patrocinada por la coalición que gobierna: Geroa Bai, Podemos e IU que se limitaron a condenar lo ocurrido apostando por "dejar atrás actos como los ocurridos el fin de semana, los cuales son propios del pasado y no deben formar parte de nuestro presente". EH Bildu, que apoya esta coalición en el ejecutivo autonómico, optó por la abstención en la votación del texto.

La segunda proclama contó con la firma de UPN, el PP y el PSN, que habían tachado de raquítica la breve condena anterior. La suya fue más extensa y más contundente, con cinco puntos: los cuatro primeros, que vieron la luz por la abstención de la mayoría de Podemos, IU y Geroa Bai, reconocen la labor de la Guardia Civil. Pero el quinto quedó en el limbo, excluido porque Podemos votó en contra con el resto de las formaciones, incluida EH Bildu: "El parlamento de Navarra se suma y anima a la ciudadanía a participar en la concentración en solidaridad con la Guardia Civil convocada por Vecinos de Paz lunes 17 octubre a las 20 horas delante de la comandancia de la Guardia Civil en Pamplona".

Ese mismo día, el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, sostuvo que "la permanente duda sobre la condena de Podemos a este tipo de actos creo que ofende la inteligencia".

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