Ha sido el resultado del cese como locutor de Luciano Albarrán, un locutor afín procedente del PSOE y dedicado a la organización de espectáculos. Albarrán fue contratado a dedo por el equipo de Podemos que dirige de hecho la radio televisión pública gaditana. Se le concedió un programa llamado Habla Cádiz que ha terminado por convertirse en Calla Cádiz puesto que, tras emitirse un solo programa, el pasado lunes 7 de noviembre, ha sido censurado y clausurado por el partido de Kichi. Curiosamente, el presentador acusa a PSOE y Ciudadanos de pedir la retirada de su programa.
El propio Albarrán ha contado en la red su experiencia con pelos y señales indicando quiénes lo presionaron, cómo y con qué consecuencias, en un relato que no ha podido ser replicado ni negado por Podemos. Sin embargo, dado que en el reparto de cargos del Ayuntamiento de Cádiz la presidencia de Onda Cádiz recayó en Ciudadanos, su titular, María Fernández-Trujillo, dimitió este miércoles de forma irrevocable tras conocerse los hechos dando por buena la versión del locutor purgado, harta ya, dijo, de intromisiones de Podemos en la radio y televisión gaditana.
"Llegué con mucha ilusión y muchas ganas, me he dado un año de plazo, pero no se dan los criterios de pluralidad y transparencia por los que hemos luchado en este tiempo. Hemos luchado durante un año por defender medidas que garantizaran otra forma de hacer las cosas, pero no se han podido aprobar", dijo al salir de la reunión del consejo.
Se ha conocido gracias a La Voz de Cádiz que la presidenta, en la reunión oficial den Ente gaditano, pidió la renuncia del edil David Navarro (Podemos), uno de los que intervino en la presión sobre el locutor represaliado. Navarroes concejal y consejero delegado de Onda Cádiz y admitió que se reunió con Luciano Albarrán y asesores del alcalde José María González Kichi, que no tienen potestad en la entidad, con el resultado conocido del cese del locutor. y no dimitió provocando así la marcha de la presidenta. Añadió ésta que está harta dice de "que se tomen decisiones como contrataciones, despidos y programación a espaldas del consejo. Nos enteramos a través de la prensa".
¿Quién es Luciano Albarrán?
Luciano Albarrán es una persona dedicada a la organización de espectáculos musicales desde la empresa de una familia de músicos de Cádiz, la familia Carrasco. En realidad, no es periodista, pero sí ha participado como columnista en algún medio propio en la red. Su contratación, que no incluye sueldo sino porcentajes de la publicidad obtenida, fue obra de Podemos y a dedo. De hecho, Albarrán fue nombrado coordinador del Círculo Podemos Cultural de Cádiz.
Sin embargo, su trayectoria profesional ha estado ligada al PSOE de Cádiz. Hace unos años, Albarrán conoció a Rafael Román, alias Franquito -por su parecido con el general-, un factótum del PSOE de Cádiz que había llegado a ser consejero de Cultura de la Junta en los primeros tiempos de 1982. Se convirtió en su ayuda de cámara o secretario y fue ascendiendo en influencia en el PSOE gaditano.
Después de esta experiencia, y ya con remuneración fija en la Diputación, fue contratado por el vicepresidente de la entidad, Federico Pérez Peralta, hoy colocado, uno más, en la agencia IDEA en Cádiz y allí estuvo hasta 2011, cuando el PP logró el dominio de la entidad.
Su paso por un PSOE en plena crisis lo dejó en mala situación por su enfrentamiento personal con el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Cádiz, Fran González, que además es secretario general del PSOE gaditano y seguidor de Pedro Sánchez, con el que mantiene una pésima relación que está en el origen de su cese. De hecho, fue llevado a los tribunales por González y a pesar de que logró anular el juicio, en febrero de este año ha visto su condena escrita en papel oficial por el juzgado.
El motivo de aquel encontronazo fue un artículo de Albarrán donde decía textualmente: "A él no le importa hundir al PSOE hasta los resultados más deplorables de los últimos años con tal de no perder su sueldo. Que se sepa, no tiene ningún oficio más que hacer de servidor del que mande en el partido, siendo un fiel súbdito de su pagador, claro, que eso en el mundo laboral real, vale de poco. Por no tener, no tiene ni vida laboral, y digo yo que con 32 o 33 años es un poco penoso".
Los hechos que han motivado su defenestración
Pues todo procede del primer y único programa emitido en Onda Cádiz. Albarrán invitó a su amiga Marta Meléndez, socialista y conocida enemiga de Fran González e imputada por varios delitos en los tribunales, al estudio de la radio municipal. En ese programa, la invitada y el presentador se explayaron con toda libertad sobre la crisis del PSOE, algo que no gustó a la dirección de la emisora ni a los "censores" de Podemos. No se olvide que Podemos gobierna Cádiz gracias al apoyo del PSOE de Cádiz y por indicación de Pedro Sánchez, como ha insinuado estos días la propia presidenta de la Junta, Susana Díaz.
El problema es que tras la emisión del programa citaron a una reunión a Albarrán dos pesos pesados de la radio municipal y el que es considerado el comisario político número 1 de Podemos en Cádiz, el jefe de gabinete de la alcaldía, José Vicente Barcia, cuya presencia en la reunión fue eminentemente política Los otros dos asistentes fueron el director gerente de la emisora, Joaquín Castro, que fue contratado por el PP y el concejal consejero delegado de Onda Cádiz David Navarro, también de Podemos.
En esa reunión le comunicaron al recién estrenado locutor que su programa había levantado ampollas en el PSOE de Cádiz, que era su socio de gobierno y que programas como el suyo ponían en peligro, en este delicado momento político nacional, las relaciones entre Podemos y el PSOE. Consecuentemente, o cambiaba su forma de hacer el programa y seguía las indicaciones expresas de los presentes o tendría que dejar la emisora. Albarrán cogió la puerta y prefirió dejar el programa que ahora sigue en Internet.
Según ha contado el propio Albarrán, llegaron a decirle que lo mejor era que se dedicara a hablar de Trump, porque nadie iba a decir nada, pero que no debía hablar nada sobre a limpieza de Cádiz, ni de la crisis del PSOE ni de nada relativo a los problemas de la ciudad.