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Así se inocula en Cataluña el odio a España desde la más tierna infancia

Un vídeo muestra una representación teatral en un aula catalana con niños de primaria que resume la "pedagogía" del proceso separatista.

Un vídeo muestra una representación teatral en un aula catalana con niños de primaria que resume la "pedagogía" del proceso separatista.

El adoctrinamiento de los niños es uno de los pilares del proceso separatista catalán. Erradicado en la práctica el español de las escuelas, la formación del espíritu separatista y la interiorización del odio a España ocupan ahora los desvelos de quienes imponen e imparten el modelo de enseñanza nacionalista con el que se imbuye a los niños desde la más tierna infancia. Menudean los ejemplos dada la cada vez más extendida costumbre de los padres de colgar en las redes las representaciones escolares.

En la localidad barcelonesa de Manlleu, el colegio religioso privado concertado Carme-Vedruna cobró fama hace un par de años cuando los padres subieron a internet un "ejercicio de educación física e inglés" consistente en bailar, ondear esteladas y cantar la canción "Cataluña, nuevo estado de Europa", un llamamiento a la lucha y una descripción de los hechos diferenciales, entre ellos la "dark virgin" de Montserrat. Los alumnos que llevaban a cabo la exhibición de coros, danzas y banderas eran de sexto de Primaria.

La Guerra de los Segadores

Ahora circula en las redes otro vídeo, grabado un año después, en febrero de 2015, en el que un grupo de niños aún más pequeños, de primero, representa bajo la estricta tutela de su profesor la batalla de Cambrils, un episodio de la Guerra de los Segadores de 1640 en el que tras un asedio de dos días las tropas de Felipe IV masacraron a los resistentes. Se trata de un ejemplo de cómo se inocula el odio a España y los españoles desde la más tierna infancia y sin concesiones al rigor o la inconveniencia de determinados contenidos en niños de tan corta edad.

El centro que acoge la actividad es el Guillem Fortuny de Cambrils. El profesor apunta a los críos, les da pie y corrige. Un niño con bata de color crema y una corona de tela representa al rey Felipe IV. "¡Los catalanes se están rebelando contra España! Como rey tengo que acabar con esta rebelión. Todos los que la defiendan (Cambrils), morirán", sentencia mientras sus tropas gritan "¡Bien!". Al otro lado de la clase se encuentran los resistentes. El avance de los "españoles" sobre la ciudad es amenizado por el profesor con una tonadilla del no-do. Los niños se preguntan qué música es esa.

Los mataremos a todos

Continúa la actividad. Los alumnos que interpretan a los sublevados se aprestan a derrotar al ejército realista. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que deben rendirse. Pactan con sus enemigos, que consultan al rey de los españoles: "Eso no puede ser. Los mataremos a todos", clama el pequeño monarca. Los alumnos están ensayando y todavía no se saben el guión de memoria, de modo que en el momento previo a la matanza dudan. El profesor pregunta ¿y ahora qué pasa?, a lo que un niño responde: "Que los matamos". Y se abalanzan sobre sus compañeros.

El sitio de Cambrils, un "cuento" perfecto para demostrar el carácter invasor, bélico y traidor de los españoles en el marco de un escabroso pasaje del alzamiento de los segadores por el coste del mantenimiento de las tropas; la temática más adecuada para el primer curso de educación primaria.

A pesar de una cierta pérdida de fuelle del proceso separatista, miles de centros educativos aún exhiben en sus fachadas e instalaciones pancartas y carteles de "Som Escola" con la leyenda "Per un país de tots, l'escola en català" y celebran actividades como la descrita, determinadas por contenidos y materiales educativos contrarios a todo lo español y partidarios del independentismo.

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