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Rajoy asume la posición de Cospedal sobre el Yak-42 y Trillo se va de Londres horas después

No se refiere al Yak-42 y dice que se va para “no interferir en la acción del Gobierno". Según Moncloa, “era lo que tenía que ocurrir".

No se refiere al Yak-42 y dice que se va para “no interferir en la acción del Gobierno". Según Moncloa, “era lo que tenía que ocurrir".
Federico Trillo | EFE

Mariano Rajoy no le quería ni un minuto más en la embajada en Londres y Federico Trillo acabó poniendo de su parte para que su marcha se produjera lo antes posible. Sin ir más lejos, en el primer Consejo de Ministros del año, este mismo viernes. "En los últimos días, he pedido al Gobierno que ese relevo se produjera cuanto antes", anunció el histórico cargo del PP en una breve declaración en la embajada, de dos minutos, en la que no admitió preguntas. Un cese "a petición propia".

La presión política y mediática fue a más desde que se conociera el informe del Consejo de Estado sobre el Yak-42, el 3 de enero. En un primer momento, el presidente afirmó, en un descanso de una caminata matutina durante sus vacaciones navideñas en Pontevedra, que el terrible suceso ocurrió "hace muchísimos años" y ya estaba "sustanciado judicialmente". Punto y final, a ojos del presidente, mientras el PP trataba de respaldar públicamente a su embajador, hombre fuerte del partido y conocedor de sus interioridades.

El dique no duró mucho. Más bien, prácticamente nada. Los familiares de las víctimas se hicieron escuchar a través de los medios, la oposición exigió explicaciones y en el PP el ruido interno fue a más. Todas las miradas se posaron sobre la nueva ministra de Defensa mientras los rumores se disparaban sobre quién había filtrado el informe, con Soraya Sáenz de Santamaría en boca de algunos cargos del partido.

María Dolores de Cospedal no se puso de perfil. Contactó el día 4 con las asociaciones de víctimas y el lunes 9 las recibió en la sede de su departamento. Ante los familiares, asumió como propio el dictamen no vinculante del Consejo de Estado, que ponía en el punto de mira la gestión de Trillo. "Oro moral", dijeron los afectados. Además, anunció su intención de dar explicaciones en el Congreso de los Diputados. Será el próximo lunes, en la comisión de Defensa, y las asociaciones estarán invitadas, según confirmó el PP.

Al cambio de postura protagonizado por Cospedal se sumó una filtración de Moncloa. El mismo día 4 se informó de que Trillo dejaría en breve la embajada ante Reino Unido, pero se rechazó expresamente que la decisión fuera tomada por el informe del Consejo de Estado. Un relevo "natural" que afectará a unas 70 embajadas y del que ya se estaba encargando Alfonso Dastis, el titular de Exteriores.

No se dio la fecha de salida ni tampoco se vinculó su marcha con su gestión en la tragedia del Yak42, y así lo censuraron rápidamente víctimas y partidos políticos. Mientras, el todavía embajador disfrutaba de unos días de descanso en el levante español y concedió una entrevista radiofónica en la que no pidió perdón. En paralelo, el PP pasó de respaldarlo a elogiar la hoja de ruta de Cospedal. "Las víctimas están hoy mucho más reconocidas después de las palabras de la ministra de Defensa", aseguró Javier Maroto, vicesecretario general. Rafael Catalá rectificaba una valoración inicial y aseguraba que es necesario pedir disculpas. El exministro se fue quedando cada vez más solo.

Y llegó este jueves. Rajoy reaparecía y daba una rueda de prensa junto a su homólogo irlandés, Enda Kenny. Sabía que le iban a preguntar por la espinosa cuestión. Fue breve pero claro: "Estoy de acuerdo con la posición de la ministra de Defensa", zanjó, rectificando su primera declaración en Galicia. Esto es, asumió el informe que pone contra las cuerdas a Trillo, su negociador en Valencia y quien llevó durante años la estrategia judicial del caso Gürtel. Mandó un mensaje de apoyo a los familiares y descartó aclarar cuándo habría cambios en la embajada. "La fecha concreta no se la puedo decir en estos momentos, pero es un proceso que ya comenzó", fueron sus palabras.

Pocas horas después, Trillo, que durante estos días despachó al menos con Dastis y Cospedal, compareció por sorpresa en Londres. No usó la palabra dimisión. "Como saben, hace ya algún tiempo comuniqué al Gobierno mi decisión de ser relevado como embajador, puesto en el que he cumplido más de cuatro años. En los últimos días, he pedido al Gobierno que se produjera el relevo cuanto antes para que no interfiera en la acción del Gobierno", afirmó. Ni una sola mención a la tragedia del Yak42 y sus víctimas. De nuevo, no pidió perdón. "Era lo que tenía que ocurrir", se limitaron a declarar en Moncloa, donde preferían este gesto del exministro a tener que destituirle.

Además, en su breve intervención, Trillo avisó de que se incorporará a su carrera profesional. Es letrado del Consejo de Estado. Una vuelta a su plaza que el PP sí que defiende. "¿Por qué no va a poder volver? Me parece sorprendente. Es funcionario por oposición y tiene derecho a volver a su trabajo. ¿Qué tenemos que hacer con Trillo? ¿Sacarlo de España, mandarlo a Perejil?", se quejó Fernando Martínez-Maillo, número tres de Génova.

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