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Sanidad andaluza: el maremoto creciente contra Susana Díaz

Unos 100.000 andaluces se echaron a la calle en Granada, Sevilla, Málaga y Huelva contra los recortes de la Junta.

Unos 100.000 andaluces se echaron a la calle en Granada, Sevilla, Málaga y Huelva contra los recortes de la Junta.
Susana Díaz en un acto este fin de semana | EFE

El año pasado se iniciaba en Granada el movimiento de las mareas blancas con el liderazgo inesperado e incontrolable hasta el momento de un doctor con contrato precario y lenguaje desenvuelto, el doctor Spiriman, Jesús Candel. Este domingo, ya fueron cien mil los andaluces que se echaron a la calle en cuatro provincias andaluzas: Granada, Sevilla, Málaga y Huelva.

Almería es la próxima provincia que se prepara para unirse al movimiento y ya tiene dispuesta su plataforma para las protestas del próximo mes de febrero y en Jaén, que hasta ahora, caminaba junto a Granada en esta protesta ciudadana, se esmera en disponer de su propia plataforma.

Sanidad digna y protesta contra los recortes, que ya no creen que sean responsabilidad exclusiva del gobierno de Mariano Rajoy, son los motivos generales de la denuncia. Pero tras ello, late el temor de que el recorte sea en realidad de hospitales completos. En Granada y Huelva, bajo el pretexto de la unificación de hospitales, podrían desaparecer dos. Hasta ahora, no hay rectificación ni negociaciones con éxito a pesar de un breve intento el pasado mes de diciembre.

A pesar de los intentos de la Junta de desacreditar a Spiriman, adjudicándole el papel de manipulado político de determinados partidos, preferentemente el PP, y de taponar su protesta mediante la vieja táctica de la división de los negociadores profesionales, el caso es que Susana Díaz aparece cada vez más en la diana. Este mismo domingo, en Granada, se la hizo responsable de marear la perdiz, de engañar a los granadinos y de utilizar triquiñuelas tras haber desmembrado un hospital granadino completo.

La novedad de este domingo es la marcha de Sevilla. Anteriormente, las manifestaciones fueron en Granada -esta es la tercera marea convocada y con gran éxito-, Huelva, que vive la segunda, y Málaga, también por segunda vez.

De nuevo en Granada, se superaron los 30.000 asistentes, según la Junta de Andalucía y la Policía Local de la ciudad que gobierna el PSOE y 55.000 según la Policía Nacional. según los datos de la Policía Nacional. La exigencia de dos hospitales completos con todos sus servicios late al fondo de esta protesta multitudinaria.

En Huelva, los asistentes a la marea blanca han sido alrededor de 20.000. 25.000, según la organización. 19.000 según la policía nacional y 4.500 según la Junta de Andalucía. El motivo crucial es la pérdida de un hospital por unificación de los anteriores, asunto que incluso está ya en ámbitos judiciales. Sus lemas han sido: "Infanta y Juan Ramón, no quieren la fusión", "Dos hospitales y un maternal" o "No recortes las manos que te cuidan" junto con los consabidos "Sanidad pública, universal y de calidad" y una mención específica a Susana Díaz: "Susana: abre todos los quirófanos y contrata sanitarios; tus enfermeros andaluces están desesperados".

En Málaga, la diferencia en cuanto al recuento de los manifestantes es igualmente notable porque los instrumentos de la Junta se refieren a 4.500-5-000 asistentes mientras que los convocantes aluden a 20.000. Aquí los motivos de la marea son los cierres de camas en verano y Navidad, los colapsos de urgencias, los recortes y la exigencia de la construcción de un tercer hospital en Málaga capital.

En Sevilla, 4.500 personas según la Policía Autonómica, que existe, aunque apenas tiene presencia en la vida andaluza y entre 8.000 y 10.000 según la organización marcharon desde el palacio de san Telmo donde se ubica el gobierno de Susana Díaz hasta el centro de la ciudad con pancartas con estos lemas: "Por una sanidad andaluza pública y universal. No a los recortes. Por una gestión justa". Su portavoz, José Baena, reclama gestión profesional y no política.

Recuérdese que el PP lleva meses denunciando la caótica situación de la sanidad andaluza, que ha vuelto a reproducirse con las vacaciones de Navidad. A la crítica popular, se unen ya las acusaciones de ausencia de diálogo y triunfalismo de Izquierda Unida y la denuncia de Podemos por la actitud de "sacar pecho" de la Junta mientras la sanidad se deteriora.

Susana Díaz ha vuelto a sembrar la sospecha de manipulación sobre la organización de las mareas señalando al PP, pero también a otros partidos, y la Junta ha insistido en el incremento de su presupuesto sanitario en los últimos tres años en un 13,4%. Pero la realidad es que alrededor de cien mil andaluces de cuatro provincias están dificultando su situación de aspirante a dirigir el PSOE nacional y enturbiando su imagen de gestora eficaz de los asuntos sociales.

Si a ello unimos los últimos escándalos, como la extraña relación de empresas farmacéuticas con dirigentes sanitarios de la Junta de Andalucía, diferencias inexplicadas de precios en medicamentos en la misma provincia y las aportaciones de las empresas a Observatorios del gobierno andaluz, la situación parece empeorar.

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