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Colau se destapa: catalán como lengua única, separatismo y pujolismo

La ponencia fundacional de la formación de Colau propugna una república catalana que eliminaría el uso del español en todos los ámbitos públicos.

La ponencia fundacional de la formación de Colau propugna una república catalana que eliminaría el uso del español en todos los ámbitos públicos.
Ada Colau | Cordon Press

El próximo domingo se abrirá el proceso para la creación del partido con el que Ada Colau pretende extender su ámbito de influencia a toda Cataluña. Quienes quieran participar en el acto fundacional deberán asumir un documento titulado "Un país en comú", firmado por la "Comisión de relato" y que constituye la esencia del proyecto.

En ese texto, de 63 páginas, los ideólogos de la alcaldesa de Barcelona, con el diputado Xavier Domènech, del subgrupo catalán de Podemos en el Congreso de los Diputados, a la cabeza, se asientan las líneas ideológicas de un partido que tiene como objetivo "superar el procesismo" al tiempo que se define como "formación catalanista y de izquierdas".

En el modelo de los "comunes" de Colau, la república catalana es el reto prioritario, un Estado independiente que puede ser "solidario" con el resto de España sólo si los catalanes así lo deciden. De modo que el nuevo partido formará parte del bloque separatista y se sumará a la petición de un referéndum no pactado y vinculante.

Herencia convergente

Más allá de las fórmulas anticapitalistas de rigor ("intervención en el mercado social y ambientalmente", "democratización de las empresas") y del acento en promesas sobre el reparto de la riqueza y las instituciones abiertas, el documento es un homenaje a las teorías del fundador de Convergencia, Jordi Pujol, sobre la "construcción nacional" hasta el punto de plagiar la famosa frase de Pujol de que "catalán es aquel que vive y trabaja en Cataluña". En la versión Colau, "catalanes y catalanas somos todas las personas que residimos en Cataluña".

Donde más se aprecia, sin embargo, la impronta del pujolismo es en el apartado dedicado a la lengua y que parte de la afirmación de que "Cataluña es un solo pueblo". Sobre esa base, los redactores del texto se entregan a una encendida defensa del catalán como lengua única y de la inmersión lingüística como modelo: "Desde el final de la dictadura franquista, Cataluña ha intentado construir un proyecto de país con identidad propia, recuperando la lengua y la cultura catalanas con la ayuda decisiva de la administración, la escuela y los medios de comunicación. Este reto no se podría haber conseguido sin la ayuda de la inmersión lingüística, un programa iniciado en Quebec en una situación de contacto de lenguas como la que había en Cataluña en los años ochenta".

La inmersión y la igualdad de oportunidades

Gracias a dicha inmersión, "muchas personas de orígenes lingüísticos diversos han adoptado el catalán como lengua de uso habitual y se han identificado con la cultura catalana, de manera que la evolución del uso de la lengua se ha mantenido estable en la última década". Según los cálculos de los "comunes", más del noventa por ciento de los ciudadanos entiende el catalán y el ochenta por ciento lo habla.

También se glosa la "igualdad de oportunidades que ha supuesto para todos los catalanes y catalanas el actual modelo y la capacidad que ha tenido para construir una cultura común en base a una lengua compartida (...) por tanto, debemos mantener la soberanía en el ámbito de la lengua".

Enseñanza, medios, toponimia y administración

Por si no había quedado claro y a pesar de la amplia extensión del uso del catalán que reconocen los "comunes", en el apartado relativo a a la lengua remachan: "Podemos concluir que no existe ningún argumento que no sea puramente ideológico para no defender que el catalán es la lengua propia y oficial de Cataluña y merece un uso preferente dada su condición de lengua minoritaria. El catalán tiene que ser la primera lengua como mínimo en cuatro ámbitos: enseñanza, medios de comunicación públicos de la Generalidad, toponimia y lengua de la Administración pública de Cataluña".

Intérpretes en los servicios públicos

Habida cuenta de que el paraíso de Colau será "un país inclusivo donde todo el mundo tenga cabida", para quienes no entiendan el catalán se propone "levantar las barreras comunicativas en los servicios públicos, hospitales, juzgados, servicios sociales, escuelas (...) para lo que hay que regular la profesión de intérprete".

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