Ni veinticuatro horas ha tardado la Generalidad catalana en explotar políticamente la muerte de dos agentes rurales por parte de un cazador, suceso ocurrido este sábado en Aspa (Lérida). El consejero de Interior, Jordi Jané, ha declarado que la Guardia Civil, responsable de la expedición y renovación de los permisos de armas, "tiene que comprobar que las personas que piden una licencia de armas sean las adecuadas, para lo que hay una serie de pruebas que en teoría y sobre el papel se deben de hacer". Según el consejero "se puede evitar que gente así tenga armas", por lo que ha reclamado el traspaso de la competencia a los Mossos d'Esquadra porque tienen vocación de "policía integral" y es "una vieja reivindicación asumir competencias en el control de armas y explosivos".
Para Jané, "debemos tener unos protocolos capaces de detectar que estamos ante personas que actúan con violencia, que tienen inestabilidad y que, por tanto, no pueden tener la responsabilidad de tener un arma", declaraciones que suponen la descalificación de los procedimientos de la Guardia Civil y la profesionalidad de las personas encargadas de evaluar a los demandantes de licencias de armas.