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Rajoy se vio en secreto con Puigdemont: "Estoy dispuesto a hablar pero no liquidaré España"

La reunión secreta se produjo el 11 de enero en Moncloa, según avanzó La Vanguardia. El Ejecutivo no desmiente el encuentro: "Nada que decir". 

"La clave de las negociaciones es no contarlas". Mariano Rajoy siempre ha sido un gran defensor de los contactos fuera de agenda, aunque esto ponga en un brete a sus portavoces más autorizados. Según La Vanguardia, el pasado 11 de enero, citó a comer a Carles Puigdemont en la Moncloa para intentar convencerle de que acudiera a la conferencia de presidentes. Finalmente, el líder catalán no asistió a la cumbre y ambos constataron sus diferencias de fondo. Mientras, Íñigo Méndez de Vigo, el portavoz del Ejecutivo, decía desconocer cuándo se iba a producir el encuentro. "Nada que decir", contestaron este miércoles desde Moncloa.

Los rumores empezaron este fin de semana. "Las conversaciones y encuentros se producen y a veces son públicos, pero no siempre", afirmó Enric Millo, el nuevo delegado del Gobierno en Cataluña, provocando una gran polvareda política. De inmediato, el Ejecutivo catalán salió a desmentirle. También le desautorizaron desde sus filas. Tras una llamada "de Madrid", Xavier García Albiol aseguró que el Ejecutivo "no mantiene ni ha mantenido reuniones secretas". "Si nadie tiene ni idea ni ha constatado esas reuniones secretas, ¿a ver si es que no existen?", dijo entre risas Rafael Catalá, el titular de Justicia.

Rajoy, eso sí, evitó pillarse los dedos. El pasado lunes, le preguntaron y repreguntaron en rueda de prensa en Málaga, y él se centró en volver a explicar su plan de acción en Cataluña. "Mi posición es conocida, la conoce la Generalitat y también el conjunto de la opinión pública", declaró, apuntando a aquellas cuestiones en las que está dispuesto a negociar, como las infraestructuras o las inversiones. "Estamos dispuestos a hablar absolutamente de todo, salvo del referéndum. No vamos a permitir que se incumpla la ley", aseguraron este mismo miércoles fuentes del Ejecutivo.

El presidente del Gobierno estaría incluso dispuesto a dotar a la administración autonómica de competencias exclusivas en materia de lengua, enseñanza y cultura, según se desprende del documento con las 46 peticiones de la Generalidad, del que solo tachó el referéndum. "Nuestra obligación es diseñar entre todos un camino alternativo al de la colisión que supone convocar un referéndum" ya que "hay muchas cosas que se pueden aplicar sin cambiar la Constitución y que son fáciles de aplicar", según afirmó Millo. En este sentido, está siendo fundamental el papel de Soraya Sáenz de Santamaría, que esta legislatura estrenó despacho en Barcelona, y conversa habitualmente con Oriol Junqueras. Ambos son de los pocos que conocían la reunión de sus líderes.

Rajoy: "No liquidaré España"

Desvelado el encuentro secreto, el revuelo fue enorme en el Congreso de los Diputados, donde se celebraba la sesión de control al Gobierno. "Las reuniones fuera de agenda no se comentan", en palabras de un portavoz del presidente. El propio Rajoy se paró brevemente ante los periodistas en los pasillos de la Cámara para dejar claro que está dispuesto a hablar de todo salvo del referéndum. "Mi disposición es la mejor y yo quiero hablar, pero de los problemas reales y no de liquidar España ni la ley", afirmó, y citó otra vez "la financiación autonómica, la dependencia, el empleo o los problemas demográficos".

Rajoy insistió en sus argumentos ya conocidos: "No puedo autorizar un referéndum que pretende lisa y llanamente liquidar la soberanía nacional y que la inmensa mayoría de los españoles no pueda opinar sobre lo que quiere que sea su país", explicó, sin querer confirmar explícitamente la celebración del despacho. Tampoco lo desmintió, en línea con ministros y altos cargos del PP. "Yo no quiero que la Generalitat esté condicionada por grupos extremistas que pueden afectar al modelo económico y social de Cataluña", añadió el presidente, en referencia a la CUP.

Tampoco Puigdemont desmintió su reunión con Rajoy, en la que constató "con tristeza", según dijo en el Parlamento catalán a una pregunta de Miquel Iceta, que en el Gobierno no hay "voluntad de dialogar" sobre un referéndum en Cataluña. "Las negociaciones ni están ni se las espera", confirmó el líder regional.

Según La Vanguardia, se trató de un almuerzo y ambos mantuvieron una "conversación cordial". Puigdemont reiteró su intención de convocar el referéndum y Rajoy le contestó que lo impedirá. Solo horas antes de la filtración, en el Senado, la antigua Convergencia acusó a Santamaría de "despreciar" a Puigdemont porque, en teoría, no se había producido la cita.

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