El Consejo General de Ciudadanos, reunido por primera vez en su historia en Madrid y no en Barcelona, ha dado luz verde al plan de expansión territorial del partido. Hasta el momento, y a pesar del exponencial crecimiento a nivel institucional en sólo dos años -de tener nueve diputados en el Parlamento catalán a liderar la oposición en esa comunidad y ser la cuarta fuerza política de España- la estructura de la formación seguía siendo en la práctica la de un partido de Cataluña únicamente. Este domingo, los consejeros han reelegido al catalán Manuel García Bofill como presidente del máximo órgano entre congresos y al madrileño César Zafra, portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid, como vicepresidente.
Además, durante la primera fase de la expansión nacional, Albert Rivera apostó por evitar la descentralización organizativa, adoptando un modelo en el que la Ejecutiva nacional nombraba a los delegados territoriales. Ahora, en cambio, el proceso se abre a la militancia, aun cuando el aparato podrá nombrar "áreas de responsabilidad técnica" en los comités autonómicos, tal y como ha podido confirmar Libertad Digital.
Así, cada una de las diecisiete divisiones regionales tendrá, además de un portavoz, secretarios de Organización, Comunicación, Acción Institucional, Relaciones Institucionales y de Estudios y Programas dependientes de los respectivos secretarios en esas áreas a nivel nacional: Fran Hervias (Organización), Fernando de Páramo (Comunicación), José María Espejo (Acción Institucional), Marta Rivera de la Cruz (Relaciones Institucionales) y Toni Roldán, secretario de Estudios y Programas de la Ejecutiva nacional.
Una "Start Up" política
Después de Semana Santa y hasta el verano, se abre un proceso de elecciones internas en el que los afiliados naranja elegirán las Juntas Directivas de las Agrupaciones. Los coordinadores de las mismas confeccionarán el Comité provincial y los coordinadores de este último órgano el Comité Autonómico. Se trata, según fuentes de la dirección, de "una estructura basada en la pirámide organizacional de las empresas".
El propio Rivera, durante su discurso inaugural del nuevo Consejo General, aludía al paralelismo entre Ciudadanos y las realidades corporativas: "Algunos dicen que trabajamos como una empresa. A mí no me parece un mal calificativo. Ojalá muchos partidos políticos se tomarán la mitad en serio su trabajo, su formación, de lo que muchas de las empresas de este país y trabajadores se toman. Tenemos que trabajar como una Start Up política, que se está haciendo grande".
Durante los dos últimos años, y merced a la penetración institucional de Ciudadanos, varios portavoces del partido en las asambleas autonómicas y en los ayuntamientos de capitales de provincia se han destacado como dirigentes de peso en la formación, sobre todo cuando han sido protagonistas de pactos de investidura. Entre ellos cabe citar a los madrileños Ignacio Aguado y Begoña Villacís, el andaluz Juan Marín, el murciano Miguel Sánchez, la barcelonesa Carina Mejías y, obviamente, Inés Arrimadas, quien además de jefa de la oposición en Cataluña es, desde febrero, la portavoz nacional del partido.