La petición del PP de Barcelona para que el Ayuntamiento acoja a los cristianos que huyen del Estado Islámico ha provocado un auténtico terremoto municipal. El presidente del grupo conservador en el Ayuntamiento, Alberto Fernández, ha sido comparado con Le Pen, tachado de ultraderechista, acusado de retrógrado, islamófobo y homófobo por una petición que realizó tras los atentados en Egipto en los que fueron asesinados más de cincuenta cristianos coptos.
Para Fernández, "si Barcelona quiere ser un referente de libertad, debe serlo también en materia de libertad religiosa". El dirigente barcelonés del PP considera que una de las respuestas ante el terrorismo islámico debería ser "ofrecer asilo a aquellos refugiados cristianos que huyen de la barbarie de la guerra y del integrismo".
También sostiene que del mismo modo que el Ayuntamiento votó a favor de priorizar en su política de acogida a las mujeres y al colectivo LGTBI "por ser dos de los sectores más vulnerables allá donde los derechos humanos están menos garantizados", según reza el acuerdo municipal, debería ser sensible a la persecución religiosa de los cristianos por parte del Estado Islámico.
La reacción de Colau ha sido la exigir a Alberto Fernández una rectificación porque, a su juicio, la petición popular "vulnera los derechos humanos y es discriminatoria". Una de sus tenientes de alcalde, Laia Ortiz, acusa a Fernández de "atizar el odio" y "volver al tiempo de las Cruzadas". "Barbaridad" y "aberración" han sido otros de los epítetos usados por Ortiz.
El dirigente popular ha contestado que ser cristiano en algunos países tiene un "plus de peligrosidad" y que "los países musulmanes no acogen refugiados cristianos".Además recordó que Canadá ya propuso y ejecutó la misma medida.