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El proceso separatista beneficia a ERC y provoca la caída en picado del PDeCAT

Dos sondeos de La Vanguardia y El País coinciden en señalar la victoria republicana y el hundimiento de los convergentes.  

La larga aventura separatista emprendida por Artur Mas se ha llevado por delante a CiU, disuelta Unió y refundada Convergencia para ocultar la corrupción, y amenaza con convertir al PDeCAT, las nuevas siglas del viejo partido de Pujol, en una fuerza mucho más débil y cada vez más alejada de la centralidad. El "Centre d'Estudis d'Opinió" de la Generalidad, una suerte de CIS autonómico, insiste en sus encuestas en presentar el pacto de "Junts pel Sí" de Convergencia y ERC como una candidatura que concurrirá en las próximas autonómicas, lo que permite ocultar la persistente caída en las estimaciones electorales. Sin embargo, los trabajos de las empresas GAD3 para La Vanguardia y Metroscopia para El País coinciden y confirman la sangría de votos que le puede costar al PDeCAT la deriva radical impuesta por Mas y acatada por su sucesor al frente de la Generalidad, Carles Puigdemont.

Según el sondeo de La Vanguardia, la gran beneficiada de la situación es ERC, que lograría ser el partido más votado con un porcentaje del 26%. Ciudadanos sería la segunda fuerza, con el 16,1%, por debajo del 17,9% que obtuvo en las pasadas autonómicas. El PDeCAT se sitúa en el sondeo como tercera fuerza, con el 15,1% de las papeletas.

Catalunya Sí Que Es Pot (CSQP), el partido de Ada Colau, lograría pasar del 8,9% obtenido las pasadas autonómicas al 12,2%; el PSC bajaría del 12,7% al 11,7%; el PP subiría del 8,5% al 10,6% y la CUP experimentaría un fuerte descenso al pasar del 8,2% en las elecciones del 27-S de 2015 al 5,1% que le otorga el sondeo.

Traducido a escaños

En La Vanguardia se conceden 39 escaños a ERC; 23 al PDeCAT (aunque tiene menos porcentaje de voto que C's, el sondeo le aplica el corrector de un sistema electoral que beneficia el voto de la Cataluña interior en favor de los nacionalistas); 22 a Ciudadanos (25 en la actualidad); 16 a CSQP (11); 15 al PSC (16); 14 al PP (11) y seis a la CUP (10).

Con estas atribuciones, ERC, PDeCAT y la CUP suman 68 diputados, pero cabe la opción de un nuevo tripartito de izquierdas con ERC, CSQP y el PSC: 70 escaños. La última vez que CiU concurrió a unas elecciones autonómicas con sus siglas, el 25 de noviembre de 2012, logró 50 escaños, el 30,7% de los votos. ERC quedó en segundo lugar a una gran distancia: 21 escaños, el 13,7% de los votantes. Dos años antes, CiU sacó 62 diputados (38,4%) y ERC era la cuarta fuerza parlamentaria con 10 escaños, un magro 7% de los votos. Los sondeos vienen a confirmar el acelerado desgaste convergente comicio tras comicio, ya sean autonómicos o generales. En las últimas elecciones al Congreso, Convergencia firmó su acta de defunción con el peor resultado de su historia con la candidatura encabezada por el ahora inhabilitado Francesc Homs, 480.308 votos que le situaban por detrás de ERC, los Comunes de Colau y el PSC y sólo por delante del PP, que obtuvo 460.916.

En el sondeo de Metroscopia para El País, ERC se sitúa en primer lugar con un 29,2% de los sufragios y la segunda plaza se la disputan Ciudadanos y el partido de Colau con similar porcentaje, el 16%. En cuarto lugar, el PSC, con el 13% y en quinto, el PDeCAT, con el 11%. También difiere la encuesta con la de La Vanguardia en el caso del PP, que del 8,5% en las últimas autonómicas pasaría al 5,8%. La CUP perdería aún más apoyo, con un 4,1% frente al último 8,2%.

Guerra abierta

Dado el contexto demoscópico, el PDeCAT trata de esquivar un adelanto electoral con el referéndum mientras acusa al líder de ERC y responsable logístico del Govern para realizar la consulta de entorpecer la convocatoria. La guerra entre ambos partidos es indisimulada. La difusión de la comida en la que el número dos del PDeCAT, David Bonvehí, teorizaba sobre la posibilidad de que el proceso acabase en "desastre" y con la de nombrar un candidato "autonomista" para recuperar voto es la última batalla. Bonvehí sospecha de ERC, puesto que dos cargos de ese partido estaban en el mismo restaurante, y ha anunciado que denunciará el caso ante la Fiscalía, la misma a la que acusan de fabricar pruebas contra los dirigentes separatistas. El eje de la disputa es determinar qué partido queda ante los electores independentistas como el responsable de la cancelación del referéndum.

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