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El negro horizonte de Susana Díaz: los frentes abiertos tras la derrota en las primarias

La guerra en el PSOE no está, ni mucho menos, terminada. Se abren varios frentes para el futuro de Susana Díaz con el tiempo en su contra.

La guerra en el PSOE no está, ni mucho menos, terminada. Se abren varios frentes para el futuro de Susana Díaz con el tiempo en su contra.
Susana Díaz durante el minuto de silencio por el atentado en Mánchester | EFE

Adelantamiento o no del congreso del PSOE andaluz; consenso o no ante los compromisarios al congreso del PSOE del próximo mes de junio; candidato alternativo, o no, a Susana Díaz en Andalucía en unas posibles primarias; acuerdos o no en un Congreso de los Diputados controlado por Susana Díaz; fin de la guerra en los medios o no; defensa cerrada o no frente a los ataques que anuncia la oposición andaluza, Ciudadanos incluido... Estos son algunos de los frentes actuales principales de la guerra abierta en el PSOE desde hace ya más de un año.

Conforme vaya pasando el tiempo, más influencia tendrá Pedro Sánchez en la estructura interna del PSOE, como es natural. Sabido esto por todos los contendientes, se aprestan a mover sus piezas en el tablero del poder interno y externo en los meses que quedan hasta agosto.

El primero de los frentes, de carácter interno como muchos de los otros, es la elección de los compromisarios que asistirán al 39º Congreso Federal del PSOE que se celebrará en Madrid los días 16, 17 y 18 de junio. Resulta curioso que los partidarios de la "democracia directa", esto es, los sanchistas, se apresten ahora a solicitar listas consensuadas por arriba entre las dos direcciones respetando las proporciones advertidas en las elecciones primarias. De este modo, se harían con un tercio de los delegados socialistas procedentes de Andalucía.

Naturalmente, el susanismo se niega a ello y aplica la medicina democrática a los sanchistas. Su posición es que las agrupaciones celebren asambleas y que en ellas se decidan los compromisarios. Naturalmente, pocas posibilidades tienen los sanchistas por ahora de lograr buenos resultados. De ese modo, una cuarta parte del congreso, como mínimo, la andaluza, estará controlado por las huestes de Susana Díaz.

El segundo de los frentes es el adelantamiento, o no, del Congreso del PSOE andaluz para finales de julio. Susana Díaz ha negado la mayor y niega que tal adelantamiento se haya producido. No lo ven así los partidarios de Pedro Sánchez, como Zaida Cantera y otros, que consideran que situar el congreso andaluz tan poco tiempo después del congreso federal impide la consolidación del sanchismo y que eso es, precisamente, lo que pretende el equipo de Susana Díaz.

El tercero es el tratamiento que el sanchismo va a conceder a Susana Díaz, si de aceptación de su liderazgo en Andalucía o si de confrontación. La prueba de fuego es la presentación, o no, de un candidato/a alternativo a la secretaría general del PSOE andaluz. Nadie vinculado al sanchismo ha negado tal posibilidad y ya se han esparcido nombres de los medios de comunicación.

La cuestión puede formularse de este modo: si Susana Díaz se aviene a reconocer la autoridad de Pedro Sánchez a nivel nacional, este podría aceptar el liderazgo compartido del PSOE de Andalucía. En caso contrario, podría reproducirse la batalla en unas primarias en las que el resultado, presuntamente favorable a Susana Díaz en este momento, podría no serlo tanto cuando llegue el mes de julio, tras dos meses de gestión sanchista del PSOE federal.

Importante asimismo es el frente del Congreso de los Diputados en el que Susana Díaz controla la mayoría del grupo parlamentario. De hecho, si se hacen las cuentas la secretaria general andaluza controla al menos 50 de los 84 diputados socialistas. 20 de ellos son andaluces y el resto de las diferentes comunidades autónomas.

La importancia de este frente es vital. Además de las razones evidentes, como la moción de censura de Podemos u otros acuerdos –no digamos nada del presupuestario, que podría conducir a elecciones anticipadas–, está la presión que puede ejercer la situación de un PSOE dividido en el Congreso sobre el frente autonómico socialista que actualmente apoya a Susana Díaz.

Filtraciones y broncas

Muchos de sus componentes ya están comenzado a aceptar la victoria de Pedro Sánchez accediendo a listas de consenso al cónclave federal de junio e igualmente, habrá quien no quiera participar en un movimiento de desobediencia interna de tal calado. Espectáculos como el ofrecido por Margarita Robles, sanchista, y el portavoz de Interior del PSOE en el Congreso, Antonio Trevín, por el voto en la Comisión de Interior ha sido poco edificante.

Otro frente relevante es el de las filtraciones y noticias a los diferentes medios de comunicación para perjudicar a los adversarios. Por poner un ejemplo, en la provincia de Almería, en cuya capital ha ganado el sanchismo, se ha denunciado la "afiliación" poco transparente de decenas de personas que trabajan para la Junta para favorecer la candidatura de Susana Díaz.

Igualmente se ha filtrado que los sanchistas malagueños están pidiendo ya la cabeza del diputado socialista y secretario provincial, Miguel Ángel Heredia, por sus famosas declaraciones contra Margarita Robles y su consideración despectiva de los militantes socialistas que apoyaban a Pedro Sánchez.

No es nada nuevo puesto que, como es sabido, fue la propia Comisión gestora nacional la que puso en solfa la financiación de la candidatura de Pedro Sánchez. Recuérdese que, en la campaña de las primarias, unos y otros se arremetieron entre sí, acusándose de tropelías diversas. Una de ellas, por poner un ejemplo, fue la acusación a los sanchistas de amenazar al presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig.

La presión de la oposición

Por cerrar los frentes principales, refirámonos al frente externo, el que ha estallado en Andalucía como consecuencia de la derrota de Susana Díaz ante su oponente. Todos los partidos políticos andaluces van a exigir la presencia sin distracciones nacionales de la presidenta de la Junta en Andalucía en la gestión de los asuntos propios. Pero Podemos, PP y Ciudadanos han anunciado diferentes tácticas de cuarteamiento del prestigio de la lideresa y de la presencia electoral del PSOE andaluz.

Juanma Moreno, que tiene que desviar la atención del juego sucio y la división interna de algunos de sus congresos provinciales, ya ha anunciado que pedirá incluso la dimisión de la presidenta por abandono de su cargo presidencial y por estar absolutamente "achicharrada" y sin ilusión.

Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, ha apelado al beticismo de Susana Díaz para que acepte su derrota entonando un peculiar "Viva Susana manque pierda", si bien ha esbozado su intención de estrechar los controles sobre la gestión de la Junta. Por ello, ha decidido solicitar que se convoque la comisión de seguimiento de sus acuerdos con el socialismo andaluz para antes del congreso del PSOE de Andalucía de julio.

Podemos, por su parte, ha olido la debilidad de la víctima. La "Hillary" andaluza, como la motejado Carlos Colón en el grupo Joly, sabe que la fuerza de su grupo en el contexto nacional va a repercutir de manera muy relevante en Andalucía. De momento está intentado romper las alianzas municipales del PSOE con IU, a lo que ésta, por ahora, se opone. De todos modos, sigue profetizando que Susana Díaz no podrá dedicarse a los andaluces hasta, al menos, el mes de septiembre, lo que les parece inaceptable.

Este frente cobrará importancia con repercusión mediática cuando tenga lugar la sesión de control al gobierno de la Junta en el Parlamento andaluz este próximo jueves, momento en que la oposición querrá obtener su minuto de gloria en los informativos nacionales.

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