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Las Fuerzas Armadas se exhiben en Guadalajara en el primer desfile poscrisis

Los carros de combate vuelven tras duplicar el presupuesto. Gesto especial con las familias de las víctimas de ETA, YAK-42, SAR y Cougar.

Los Reyes de España han presidido este sábado el acto central del Día de las Fuerzas Armadas, que este año ha contado con un importante número de novedades. La primera, para empezar, la ubicación, pues se ha elegido como escenario la ciudad de Guadalajara. Antes del inicio de la crisis era habitual que este acto se celebrara fuera de Madrid, pero con las estrecheces económica se optó por recluirlo en la capital de España.

El segundo, el aumento de presupuesto para las celebraciones de este día. Mientras en 2016 el presupuesto asignado para los más de 300 actos que se celebraron fue de 176.000 euros, este año ese presupuesto se ha doblado para una cantidad similar de actos, lo que ha hecho que al acto central hayan regresado los vehículos pesados, como los carros de combate Leopardo 2E, los blindados de combate Pizarro o los obuses autopropulsados.

También ha sido novedad todo el alto escalafón militar, empezando por la tercera autoridad militar del país, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Al igual que ella se han estrenado en este día el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Fernando Alejandre; y los jefes de Estado Mayor del Ejército (JEME), general de ejército Francisco Javier Varela; de la Armada (AJEMA), almirante general Teodoro López Calderón, y del Ejército del Aire (JEMA), general del aire Javier Salto.

Otra novedad ha sido el guiño a las familias de las víctimas del Yak-42 y de otros siniestros militares, que han sido invitados y saludados personalmente por el Monarca. Han estado presentes familiares de los militares Juan Bonel Suárez, subteniente del Ejército de Tierra, y del sargento del Ejército del Aire Francisco Javier Cardona Gil, fallecidos en el accidente del Yakolev-42. También del teniente del Ejército del Aire, Saúl López Quesada, fallecido en el segundo accidente del SAR.

Otros tres familiares de víctimas que han sido saludados por el Rey han sido los del subteniente Juan Morales Parra, fallecido en el accidente del Cougar; y del capitán de navío Domingo Olivo Esparza y del cabo primero de la Guardia Civil Aurelio Salgueiro López, fallecidos en atentados terroristas.

Felipe VI ha presidido el acto vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra. Aunque por la habitual rotación le hubiera correspondido el de la Armada, ha usado el uniforme de Tierra para poder portar el distintivo del Regimiento Inmemorial del Rey número 1, del que este domingo hace 40 años que se incorporó, cuando era un niño de 9-10 años.

El acto central ha comenzado pasado un cuarto de hora el mediodía con la llegada de sus Majestades los Reyes a la Tribuna Real. Tras recibir los honores militares protocolarios por parte de la Agrupación de Honores de la Guardia Real, la bandera de España ha descendido de los cielos de Guadalajara portada por los paracaidistas de la BRIPAC, un acto que había sido suprimido en los últimos años por cuestiones de costes económicos.

Tras izarse y homenajear la bandera de España, se ha dado paso a un emotivo y sentido homenaje a los caídos. El Rey ha colocado una corona de flores en recuerdo de los fallecidos de todos los tiempos, lo que ha dado paso a los acordes de La muerte no es el final y a la salva de honores. La Patrulla Águila ha realizado entonces su primera pasada del día dibujando la bandera nacional en el cielo de la ciudad.

Tras el paso de la patrulla acrobática, ha dado comienzo el desfile aéreo. Han surcado el cielo los cazas de combate Eurofighter Typhoon, F-18 Hornet y F-5; los cazas de despegue vertical Harrier AV-8B; el nuevo avión de transporte A400-M (ha participado por primera vez en un desfile tras ser entregada hace pocos meses la primera unidad); los aviones de transporte C-130 Hércules y C-295; así como los aviones de vigilancia marítima C-235 y P-3 Orion.

El desfile de aviones lo han cerrado un A310 del Ejército del Aire, seguido por un D4 Vigma del Servicio Aéreo de la Guardia Civil y una formación de Canadair apagafuegos. Acto seguido han entrado en escena los helicópteros de los tres ejércitos: AS332 Super Puma, EC-135, CH-47 Chinook, HA-15 Bolkow, Tigre, NH-90 Caimán, SH-60B y AB-212; para completarse con la segunda pasada de la Patrulla Águila.

En la parte terrestre han participado 2.500 militares y guardias civiles junto a 160 vehículos, con la gran novedad del regreso de los pesados. Los primeros han sido los componentes de la sección de motos de la Guardia Real, a los que han seguido el mando del desfile, con el General Jefe de la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas, Alfredo Pérez de Aguado Martínez, a la cabeza. A él le ha seguido el mando de la BRIPAC, la unidad de veteranos y la unidad de Reservistas Voluntarios.

A continuación ha tocado el turno a la agrupación motorizada, que han abierto los URO Vamtac y los blindados de combate Piraña de la Armada y la Infantería de Marina; seguidos por el sistema antiaéreo SHORAD del Ejército del Aire; motocicletas, vehículos de tráfico y otros especiales de la Guardia Civil; varios vehículos de intervención de la UME; y carros de combate Leopardo 2E, blindados de combate Pizarro y obuses autopropulsados del Ejército de Tierra.

La primera agrupación a pie ha estado compuesta por un batallón de honores de la Guardia Real, a la que ha seguido un batallón mixto de la Armada, un batallón mixto del Ejército del Aire, un batallón de alumnos de la Guardia Civil y un batallón mixto del Ejército de Tierra; tras lo que ha llegado el turno de la segunda agrupación a pie, que ha estado compuesta por las unidades militares que desfilan con paso específico, unas de las más populares.

Con su meteórica cadencia de 160 pasos por minutos, lo habitual es que sea de 124 pasos por minuto, han desfilado los militares del Tercio de la Legión. Junto a ellos, tímidos aplausos para la mascota de la unidad, un perro-lobo, mucho menos simpático que las cabras o carneros de otros años.

Tras la legión, ha aparecido en escena el Tabor de Regulares, que destaca por su cadencia de paso lenta y por su llamativa vestimenta. A 80 pasos por minutos desfiló el Tabor I/54. La faja azul de su uniforme indicaba que su base se encuentra en Ceuta -los regulares de Melilla la llevan de color rojo-.

Como es habitual, el acto militar concluyó con el desfile de las unidades a caballo. La primera en entrar en escena fue la sección Hipomóvil de la Batería Real, cuyo llamativos caballos hispano-bretones tiraban de piezas Scheneider del calibre 75/28 del año 1.906. Después, y concluyendo el desfile miliar, un escuadrón de Sables de la Guardia Civil perteneciente a la Agrupación de Reserva y Seguridad (GRS).

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