Ciudadanos tiene detectados los males que aquejan a la Fiscalía y pretende repararlos si el Congreso admite a tramite a la vuelta del verano su reforma del Ministerio Público. Albert Rivera ya se mostró partidario hace unas semanas de impulsarla aun si no contaste con el apoyo del PP.
El texto en el que aún trabajan los expertos del partido naranja -una tarea que está coordinando el vicepresidente primero del Congreso, Ignacio Prendes- plantea reforzar la mayoría para elegir al Fiscal General del Estado, que tenga que someterse a una evaluación previa en el Congreso y que la propia cámara baja pueda revocar su mandato. La intención del partido naranja es, además, que si la reforma ve la luz finalmente, el actual responsable de la Fiscalía, José Manuel Maza, tuviera que ratificarse en el cargo con el nuevo procedimiento.
Órdenes por escrito
Otro aspecto de la reforma afectaría al aspecto jerárquico de la Fiscalía. Para evitar episodios como la paralización de registros o actuaciones concretas en un determinado caso de corrupción, se obligaría a que las órdenes del Fiscal General al Fiscal Anticorrupción, y de éste a sus subordinados, fuesen siempre por escrito y tuvieran carácter genérico.
Es decir, los fiscales que investigasen un caso tendrían plena autonomía para llevar a cabo las actuaciones que estimasen pertinentes, sin tener por ello que someterlo al criterio de sus superiores.
De manera genérica, el vigente acuerdo entre PP y Ciudadanos para la investidura de Mariano Rajoy contempla la regulación del mecanismo de reprobación del Fiscal General.