Un rey de la Casa Borbón impulsó e inauguró la Academia de la Armada. Dos reyes de la Casa Borbón han celebrado juntos este viernes el 300 aniversario de la misma. El objetivo del primer monarca era crear una academia de primer nivel para formar a los oficiales que mandasen después las naves de la Armada. Los dos reyes presentes en el acto no sólo han disfrutado y disfrutan de una marina con oficiales de primer nivel, sino que, además, ellos mismos se han formado allí.
El despliegue para festejar el tricentenario de la Real Compañía de Guardiamarinas era de primer nivel: el Buque de Proyección Estratégico (BPE) Juan Carlos I con sus cazas de despegue vertical AV-8B Harrier; las fragatas F-100 Álvaro de Bazán, Almirante Juan de Borbón y Méndez Núñez; las fragatas F-80 Santa María y Reina Sofía; el Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado; y el submarino S-74 Tramontana. Tecnología para el mar impensable hace 300 años.
El escenario, como no podía ser de otro modo, ha sido la Ría de Pontevedra, a cuya orilla, en Marín, se encuentra desde 1943 la Escuela Naval Militar. Durante sus primeros 226 años de historia se encontraba en el sur. Primero en Cádiz, entre 1717 y 1769. Después se trasladó a San Fernando (Cádiz), donde estuvo entre 1769-1831. Posteriormente, se llevó entre 1845 y 1867, a la pequeña población de San Carlos (Cádiz); para volver a Cádiz antes de su traslado a la ubicación actual.
El acto central de la celebración ha sido doble. Por un lado, una parada militar naval en la que han participado los siete buques y el submarino mencionados anteriormente, así como helicópteros SH-60 de la Armada. Por otro lado, un acto de recuerdo y homenaje en la explanada de la Escuela que ha terminado con un pequeño desfile en el que han participado cazas Harrier de despegue vertical y helicópteros AB-212, Hughes 500 y Sea King.
En el mismo ha tomado la palabra la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que en presencia de Felipe VI y Juan Carlos I –que no coincidían en un acto militar desde la celebración del 75 aniversario del Ejército del Aire en la base aérea de Torrejón de Ardoz en octubre de 2014– ha señalado la importancia que ha tenido esta academia en la formación de los mandos de la Armada.
"La Escuela de Guardiamarinas fue el primer semillero de talento de aquella legendaria oficialidad, instruida en un nuevo modelo de enseñanza basado en el conocimiento científico, astronómico y humanístico, en la formación militar y naval, y en la mejor tradición náutica, cartográfica y moral. Nuestra Real Armada condensó y renovó la enseñanza de las mejores escuelas del momento. Europa volvía a navegar en libros españoles", ha explicado.
Se refería así a la decisión de José Patiño, designado por el rey Felipe V para poner en marcha la escuela, de promover una enseñanza que fusionaba los dos mejores modelos existentes, el francés, fundamentalmente teórico, y el inglés, eminentemente práctico, y que incluía en su plan de estudios materias como álgebra, geometría, aritmética, trigonometría, cosmografía, náutica, artillería, fortificación, armamento, construcción naval, maniobra, esgrima, música o danza.