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Vivas al Rey y a España, pancartas separatistas y Sánchez de convidado de piedra

Los diputados constituyentes comparten la sesión con los de la actual legislatura. 

Cuando los reyes entraban directamente a la mesa presidencial del Congreso de los Diputados, los diputados y senadores de las actuales Cortes y de las constituyentes habían tenido tiempo de saludarse e intercambiar impresiones. Aunque no todo eran encuentros. Felipe González pasó de largo ante Pablo Iglesias que hizo amago de saludarle y se volvió a sentar con cara de circunstancias. Animada era la charla entre el ponente constitucional Miquel Roca y el portavoz de la confluencia catalana de Podemos, Xavier Domènech, así como la que mantenían el expresidente del Congreso, Landelino Lavilla, y el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, quienes, sentados juntos, comentaban algunos aspectos del discurso de Ana Pastor.

Tras sonar el himno nacional se podía palpar la tensión en el hemiciclo. A los gritos de "¡Viva el Rey!" y de "¡Viva España!" le seguía otro de "¡Viva la democracia!" proferido por Pablo Iglesias y secundado por la bancada de Podemos. En las últimas filas, los diputados de la antigua Convergencia (quienes a diferencia de los de ERC y Bildu sí asistían a la sesión) mostraban pancartas reivindicando el referéndum secesionista del 1 de octubre, mientras que solo una fila detrás, los parlamentarios de UPN mostraban una bandera de España.

Los diputados de Podemos, incluido Marcelo Expósito en la mesa, mostraban los claveles con los que habían participado en un acto paralelo en homenaje a las víctimas del franquismo. En actitud hierática seguían los discurso de Ana Pastor y del Rey y sólo aplaudían algunas partes del mismo, como cuando se mencionaba a Rafael Alberti y Dolores Ibárruri, la Pasionaria, aunque no, curiosamente, cuando la presidenta del Congreso homenajeaba al histórico secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo.

Cada uno con su bancada

Pese a los aires de consenso de este tipo de encuentros, el partidismo se visualizaba sin dificultad. Así, Alfonso Guerra ocupaba el que había sido su escaño y lo hacía ovacionado por la bancada socialista, mientras González observaba la escena desde otro lugar del hemiciclo, muy próximo a Albert Rivera. Enfrente, el exministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, cuya presencia quería vetar Podemos, se sentaba con los diputados y senadores del PP.

Entre los presentes Adolfo Suárez Illana, hijo de Adolfo Suárez que precisamente ha salido en defensa de Martín Villa.En opinión de Suárez Illana el "maltrato" al exministro se puede deber a "la ignorancia" o "porque hay un plan perverso detrás para intentar hacer daño no solo al señor Martín Villa, que estoy seguro que no es el objetivo, sino a todo aquel proceso".

Adolfo Suárez Illana ha criticado que "comunistas, que se hacen llamar comunistas, me vengan a enmendar la plana al comunista de verdad, a Santiago Carrillo, del quien fui amigo hasta el final, que legitimó el proceso de transición por la izquierda, pretendan venir a deslegitimarlo sinceramente me da un poco de risa, sino fuera por lo grave que es"

La imagen más solitaria, sin duda, era la de Pedro Sánchez en la tribuna de invitados, sentado a una distancia prudencial de José María Aznar, a quien acompañaban los presidentes del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y del del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas. El otro expresidente del Gobierno vivo, José Luis Rodríguez Zapatero, había excusado su presencia días atrás por un viaje al extranjero.

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