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Puigdemont garantiza el referéndum y reta al Estado a actuar contra los hipotéticos votantes

El presidente de la Generalidad esquiva la crisis del PDeCAT por el cese de Baiget en la presentación solemne de la ley del referéndum.

El presidente de la Generalidad esquiva la crisis del PDeCAT por el cese de Baiget en la presentación solemne de la ley del referéndum.
Acto de presentación de la Ley del Referéndum | EFE

El frente separatista ha puesto el broche a dos convulsas jornadas con un mitin en el denominado Teatro Nacional de Cataluña al que asistieron unas ochocientas personas, la mayoría notables de la política como Artur Mas, el exdiputado Antonio Baños, el excomisario de los fastos de 1714 Miquel Calzada, Ernest Maragall, Carles Viver, exvicepresidente del Constitucional y ahora jurista de cabecera del separatismo, así como los altos cargos de las entidades "cívicas" y las municipalistas.

Ejerció de maestro de ceremonias Lluís Llach, que no tuvo reparo en comparar el proceso separatista con la independencia de los Estados Unidos aprovechando que era 4 de julio. Según el cantautor, la tesitura es idéntica y citó a Thomas Jefferson: "La gente espera de nosotros que emprendamos el camino".

Tras Llach, el presidente del grupo parlamentario Juntos por el Sí, Jordi Turull (convergente), y la portavoz, Marta Rovira (republicana) procedieron a la lectura comentada de la ley e insistieron en que se votará "como siempre", coletilla que es el hastag de la campaña separatista. Turull declaró que "estamos en la cuenta atrás del referéndum" y que contrarrestarán la actuación del Estado "con más garantías democráticas". Además, anunciaron la puesta en marcha de la página del referéndum, denominada "garanties.cat" y en la que destacan que la ley que han redactado blinda a los funcionarios.

Guerra sucia y cloacas

El vicepresidente autonómico y líder de ERC Oriol Junqueras tomó la palabra para referirse a la "guerra sucia del Estado contra la democracia", a las "cloacas de Interior contra los independentistas" y para insistir en el mensaje "amoroso" del nacionalismo que ha incorporado a sus discursos: "Nosotros amamos a la gente y por eso queremos escucharla".

Puigdemont cerró el acto apelando a la participación y al resultado, claves, según dijo, que "no dependen de ningún poder, sino de la gente". Además, afirmó que el Estado podrá actuar contra cargos políticos o funcionarios, "pero no podrá luchar contra las personas". Aludió veladamente al cese del consejero Jordi Baiget por dudar de la celebración del referéndum cuando dijo que es "legítimo tener respeto por las consecuencias del referéndum, pero rendirse tendría un precio más alto que pagarían las generaciones futuras".

"Garantía para 'los del no'"

Arguyó además que el separatismo también es una garantía para los contrarios al proceso separatista porque "somos los únicos que les garantizamos el derecho al voto".

La coordinadora del PDeCAT seguía la intervención de Puigdemont con el semblante serio. El episodio de Baiget dista de estar cerrado. Pascal avaló la continuidad del exconsejero y fue desautorizada de pleno por Puigdemont. Una gran parte del partido censura al president por su sometimiento a los dictados de ERC y la CUP y la presentación de la ley del referéndum ha causado estupor en los cuadros de la formación.

Consideran que el proyecto de ley, de veinte páginas, es impresentable en instancias jurídicas e insisten privadamente en las dudas expresadas por Baiget sobre la viabilidad de la consulta y la obsesión de Puigdemont por satisfacer a la CUP. Algunos diputados antisistema han acudido al acto como público invitado y a diferencia de la primera presentación, en el auditorio del Parlament, no han compartido escenario con convergentes y republicanos.

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