Dos horas y quince minutos ha durado el primer encuentro de trabajo entre los equipos de PSOE y Podemos con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la cabeza, en el que Cataluña ha sido el principal asunto abordado y el principal acuerdo. Tal y como esperaban los socialistas, Podemos ha aceptado la propuesta de creación de una comisión, subcomisión o "algún tipo de instancia parlamentaria" para reformar la Constitución Española, tal y como ha informado la portavoz de Podemos, Irene Montero, en rueda de prensa.
Algo que, sin embargo, "sería insuficiente", ha añadido el portavoz de En Comú-Podem, Xavier Doménech, habida cuenta de que "la reforma constitucional requiere un tiempo muy largo" y la propuesta socialista "no activa una respuesta urgente para una mayoría que está reclamando su futuro a través de un referéndum. Ésta es nuestra apuesta".
Por su parte, la portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, ha asegurado que "la reforma es imprescindible pero hay que hacerla con la seriedad y el rigor correspondiente". "Nosotros hemos priorizado las cuestiones relativas a la desigualdad y a la agenda social" ha afirmado Robles, tras la primera toma de contacto con los morados.
Lo que ambos equipos estudiarán a partir de ahora será la fórmula: qué tipo de instancia tomará cuerpo para avanzar en esa mesa de diálogo. Algo que estudiarán en lo que han dado en llamar la mesa de diálogo permanente en la que Podemos se ha proyectado como el "interlocutor preferente" del PSOE, si bien los socialistas han negado tal situación de prioridad.
Una mesa en la que se tratarán otras cuestiones abordadas hoy en esta primera reunión de los equipos como la subida del salario mínimo, las pensiones, la renta mínima o el plan de rescate de los jóvenes. "Esta mesa de colaboración parlamentaria a quien más nervioso va a poner es a Mariano Rajoy que hoy está más cerca de salir del Gobierno", ha repetido hasta en tres ocasiones Irene Montero.
Las heridas del pasado entre socialistas y podemitas
Pese a la cordialidad en las formas y el tono de guante blanco de las portavoces al término de la reunión, en la que han participado una veintena de dirigentes socialistas y morados, las viejas heridas entre ambas formaciones han vuelto a aparecer.
Margarita Robles le ha recordado a Irene Montero su voto negativo de marzo de 2016 a la investidura de Pedro Sánchez, responsabilizando una vez más a los de Iglesias de permitir la continuidad de Mariano Rajoy en La Moncloa: "Si ellos, en su momento, hubieran tenido tantas prisas como ahora dicen tener, Pedro Sánchez sería presidente del Gobierno". Previamente Montero había dicho, sobre la negativa del PSOE a apoyar una moción de censura, que "el PSOE tiene menos prisa" en desalojar al PP de La Moncloa.