A pesar de la evidencia de que heredar en Andalucía es 1.000 veces más caro que en Canarios y 100 veces más que Madrid debido al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, PSOE, Podemos e IU han decidido mantenerlo tal cual en la sesión plenaria de ayer en el Parlamento andaluz. Es la tercera vez que se rechaza siquiera su bonificación en esta legislatura sin que el PSOE andaluz haga ascos a ser apoyado por Podemos en este caso.
Ayer, se trataba, otra vez, de una propuesta del PP, abanderado en Andalucía contra este Impuesto desde hace años, para proceder a su práctica eliminación puesto que se urgía a bonificarlo en un 99 por ciento en lo referido a las familias.
La tradicional alianza de las izquierdas andaluzas contra la eliminación o bonificación de este impuesto se fundamenta en su inquietud porque la misma no se traduzca en una reducción de los ingresos de la Comunidad Autónoma si bien es bien larga en el tiempo su hostilidad hacia las herencias y, especialmente, hacia el derecho de herencia, considerado un apéndice del derecho a la propiedad.
Aun así, la dependencia de Susana Díaz de Ciudadanos para la aprobación de los presupuestos para 2018 está condicionada por la formación naranja a afrontar, de una vez, la reforma a la baja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, por lo que se espera que, a pesar de la nueva oposición a su supresión o bonificación, sea transitoria. Tras años de apoyo, Ciudadanos no ha logrado que Susana Díaz relaje la presión de este impuesto sobre los andaluces.
Bronca entre Ciudadanos y el PP
Lo más llamativo del Pleno de ayer es la enconada reyerta política que protagonizaron PP y Ciudadanos a través de sus primeros espadas, Juan Manuel Moreno y Juan Marín, bronca que deslució el sentido de la propuesta sobre un impuesto que grava especialmente a los andaluces y que es considerado por PP y Cs como una "injusticia".
Todos los medios de comunicación andaluces se hacen eco de esta sonada gresca. Mientras Juan Manuel Moreno hacía de portavoz de la propuesta que liberaría a las clases medias y trabajadoras ante los exaltados miembros de la Plataforma Stop al Impuesto de Sucesiones, Juan Marín lo acusó de no querer realmente el fin del impuesto. Es más, le espetó que una llamada suya a Cristóbal Montoro acabaría con el Impuesto si el ministro de Hacienda lo asumía en sus competencias y afrontaba una armonización nacional, que es el argumento preferido por el PSOE.
Tal circunstancia fue aprovechada por Moreno para responderle que estaba claro que sus argumentos sobre el Impuesto de Sucesiones coincidían con los del PSOE y que sólo votaban contra el Impuesto cuando ya se habían cerciorado de que la propuesta no tendría apoyos suficientes en el Pleno parlamentario andaluz.