El presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, acompañado por el ejecutivo autonómico en pleno, ha afirmado que "el Estado español ha suspendido de facto el autogobierno de Cataluña y ha decretado de facto un estado de excepción ". Puigdemont considera que la operación de la Guardia Civil a instancias del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona en la que se ha detenido a una decena de altos es una "agresión coordinada por las fuerzas policiales del Ministerio del Interior con el objetivo de impedir que los catalanes se puedan expresar en paz el próximo 1 de octubre, una agresión sin amparo legal que vulnera las garantías constitucionales".
Según el discurso de Puigdemont, las citaciones a los alcaldes del referéndum, las notificaciones en los medios para que no publiquen la propaganda de la Generalidad, los registros en empresas y organismos públicos, el bloque de las cuentas autonómicas y las detenciones "es la suspensión del Estado de Derecho y genera una situación inaceptable en democracia".
También ha realizado un llamamiento a la ciudadanía: "Nos debemos preparar para defender la democracia y las libertades con las únicas armas que tenemos, la movilización ciudadana pacífica". Además, insistió en la celebración del referéndum al afirmar que "el día 1 saldremos de casa, llevaremos una papeleta y la utilizaremos".
Puigdemont anunció que convocará a los "agentes cívicos y sociales" de Cataluña para "estudiar" la respuesta a un Gobierno que ha calificado de totalitario y que "muestra el rostro intolerante de la política española". "Han cruzado la línea roja y se han convertido en una vergüenza democrática".