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Cabreo monumental de la CUP: no descarta abandonar el 'Parlament'

"Estamos asistiendo a una traición inadmisible", decían las juventudes de las CUP. En la calle, las esteladas ondeaban a media asta.

"Estamos asistiendo a una traición inadmisible", decían las juventudes de las CUP. En la calle, las esteladas ondeaban a media asta.
Anna Gabriel, en un momento del pleno EFE/Alberto Estévez

Faltaban más de dos horas para que Carles Puigdemont comenzara su discurso en el Parlamento catalán y cientos de personas comenzaban a llegar al Paseo de Lluis Companys, en las inmediaciones de la Cámara autonómica. Acudían a la llamada de la Asamblea Nacional Catalana y de Omnium Cultural: había que festejar la nueva República de Cataluña.

"Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, asumo, al presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato de que el pueblo de Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república.

Esto es lo que hoy hacemos con toda solemnidad, por responsabilidad y por respeto. Y con la misma solemnidad, el Govern y yo mismo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada".

El ambiente era absolutamente festivo. Provistas de enormes esteladas iban ocupando poco a poco el paseo central que desemboca en el Parque de la Ciutadella. Puestos callejeros con merchandising indepe: llaveros, camisetas, gorras y banderolas. Los tractores también habían hecho su aparición. Y una pantalla gigante transmitía todo lo que ocurría en el interior del Parlament, fuertemente blindado por los Mossos durante todo el día.

La zona se llenó paulatinamente mientras se aproximaba la hora prevista del discurso, hasta llegar a las decenas de miles cuando comenzó. Lo siguieron en un escrupuloso silencio, solamente roto por aplausos de vez en cuando. Pero tras la "propuesta" de la suspensión, llegó el desconcierto. No, no eran lo que esperaban. Y nada más terminar Puigdemont su intervención, hubo una desbandada general. Estaban decepcionados.

La CUP no descarta abandonar el Parlamento

La CUP y sus juventudes iban más allá. "Estamos asistiendo a una traición inadmisible", decían en Twitter. "Creemos que hoy tocaba proclamar solemnemente la República catalana, y tal vez, decimos tal vez, hemos perdido una oportunidad histórica", le espetó en la Cámara al presidente Anna Gabriel.

No obstante, fue la propia Anna Gabriel, quien firmó –al término del Pleno– la declaración de independencia que Puigdemont deja en suspenso. Fuentes de la CUP explicaron a Europa Press que han firmado la declaración porque "no contiene ninguna mención a la suspensión" de forma explícita. Tras la firma, se dirigieron a la sala de prensa. Allí el portavoz del Secretariado Nacional de la CUP, Quim Arrufat, exigió al presidente de la Generalidad acotar en el tiempo los plazos para negociar con el Gobierno central: "Encontraríamos normal que fuera un límite de un mes más o menos".

Arrufat dejó claro que la CUP recela de la decisión de Puigdemont de no haber declarado la independencia y proclamado la república como "estaba acordado". Y advirtió al presidente de que la confianza de los cuperos en el gobierno de la Generalidad ha quedado "tocada" por lo que trasladará a sus órganos la decisión de continuar o no con su actividad en el Parlamento catalán.

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