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Crece el temor a un "enfrentamiento civil" y ya se habla del Ejército

Bueno, pues ya está aquí el 155. ¿Y ahora qué? Se nota inquietud en la prensa.

El Mundo dice que "el Gobierno toma el control absoluto de Generalitat". Dice el editorial que "ayer comenzó el esperado y necesario retorno de Cataluña a la legalidad y a la normalidad política". Si es que hay algo de normal en todo esto. "Hay que felicitarse por ello". En cuanto a Puigdemont, nada nuevo bajo el sol, que Franco por aquí y por allá, que indepes a la calle, lo esperado, vamos. "Es probable que en la sesión del Parlament que se convocará en breve" -parece que los dueños han decidido volver a abrirlo- "intente declarar la independencia. Pero sabe que su insólita y delictiva aventura está llegando a su final". ¿Sí? Pues oye, es un actor de primera porque no se le nota nada. Cayetana Álvarez de Toledo dice que ya no hay vuelta atrás, el Gobierno "debe hacer efectiva la decisión adoptada ayer. Cueste lo que cueste. Es decir, que tendrá que romper también el último tabú y recurrir al ejército en defensa de la democracia". Sobre todo si la calle se va de madre. Pepe García Domíguez tiene una curiosidad. "¿Cuántos separatistas estarían dispuestos a comer berzas por el prurito de contemplar el mástil de una señera estelada en la puerta principal de la sede las Naciones Unidas? Como muy tarde, dentro de seis meses dispondremos de una respuesta precisa". Por lo visto ayer, son unos cuantos. Cree que la apuesta de Rajoy por elecciones es arriesgada. "Una victoria separatista en esas urnas, escenario para nada descartable, le ofrecería la hiperlegitimación democrática ante la comunidad internacional que siempre han buscado. Crucemos los dedos". Pues a mí me parece más práctico que la dichosa mayoría silenciosa o silenciada vaya en bloque a votar, pero todos, hasta el gato.

El País deja meridianamente claro que "el gobierno restaura el orden constitucional en Cataluña". El editorial respalda totalmente al gobierno. Tanto el Parlament como el gobierno catalán "se han salido fuera de la legalidad: actuar contra ellos está plenamente justificado". "Las medidas son drásticas, contundentes y proporcionales al desafío independentista (...)La democracia no solo tiene el derecho de defenderse sino el deber de hacerlo, estamos ante el comienzo del regreso de la Constitución y el Estatut a Cataluña". "Deseamos", dice "que ese camino se recorra con las menores turbulencias posibles", pero algo le dice que eso no va a pasar. Por ello "pedimos a los tres partidos implicados en esta decisión que, exigiendo como es debido la mejor gestión, mantengan su unidad por encima de las dificultades u obstáculos que puede haber en el camino". ¿Se huele una traición de Pedro Sánchez? Van a necesitar mucho temple, porque, como dice Andreu Jaume "Barcelona es en estos días una ciudad deprimida, políticamente desahuciada y con brotes de odio. La voz del parlamento ha sido sustituida por una masa de acoso dirigida y espoleada por la ANC y Ómnium Cultural". Menudo peligro tienen esos fanáticos.

"La hora de la democracia", dice ABC, cuya portada viene adornada con una bandera de España. Dice el editorial que "nuestra democracia no solo no agoniza, sino que se revaloriza con lo ocurrido ayer. Lo imperativo era sofocar una rebelión contra la esencia misma de España y su Estado de Derecho (…) El mal está hecho y la fractura social es demoledora. Al Estado solo le quedaba el recurso de una profunda intervención". "Lo que ha hecho el separatismo no es política, sino un atentado puro y duro basado en un odio irracional a España". ¿Y ahora? Pues Ignacio Camacho advierte. "Está prohibido flaquear o fracasar". Rajoy "tiene detrás el respaldo de una nación cansada de soportar el zarandeo de su voluntad de convivencia: la España de ciudadanos libres e iguales". Hermann Tertsch está emocionado. "Ayer fue un gran día (...) Algunos tenemos la certeza de que" las cosas se van a poner "mucho peor antes de que mejoren. Habrá que aguantar el pulso en momentos tristes y duros". Pero "gracias al Rey y a la Nación, a la grandeza de las palabras del primero y a la movilización de la segunda que hace temblar a los partidos, España se defiende a sí misma y por primera vez en mucho tiempo demuestra que se quiere y se respeta". Luis Herrero no está tan contento. "Ayer, bajo la apariencia festiva, familiar, pacífica y sosegada de otra manifestación abrumadoramente multitudinaria, lo que se puso en macha fue un movimiento de desobediencia ciudadana de consecuencias imprevisibles (…) Se equivoca quien cree que el miedo dispersará a los resistentes. Me consta que algunos militares se tientan la guerrera ante lo que se nos viene encima (…) La tensión se hará insostenible". Hijo, Luis, nos estás acojonando.

"El 155 rescata a Cataluña", titula La Razón. "El Parlament declarará la DUI el 27-O". Como si se declaran la Reina de Inglaterra. Marhuenda le da hoy una doble ración de cariño a Rajoy. "Ha tratado por todos los medios de hacer entrar en razón a Puigdemont, aunque a costa de las críticas de muchos sectores". Claro, Marhuenda, es que había que estar muy ciego para no ver que Puigdemont no puede entrar en razón porque la perdió hace tiempo. "Sin embargo, llegados a este punto, no le ha temblado el ánimo a Rajoy, dispuesto a cumplir con los deberes de su cargo. Era irrenunciable para el Gobierno recurrir al 155 para devolver el imperio de la ley a Cataluña". Y pide a los golpistas que "contribuyan desde la mínima prudencia a no complicar más ya de por sí difícil situación. Los ciudadanos necesitan salir cuanto antes de esta agonía, que no beneficia absolutamente a nadie". Marhuenda, empecinarse en lo imposible te va a llevar a una depresión. Más vale que te prepares para que esta panda de perturbados llene las calles de violencia, porque es lo que va a suceder. Es su única baza.

La Vanguardia está asustada y suplica a Puigdemont que convoque elecciones. "Existe el riesgo de enfrentamiento civil. Ese peligro es real y debemos advertirlo. Por ello apelamos desde aquí al patriotismo del presidente Puigdemont. Hay que defender la Generalitat. Hay que poner por delante de todo la estabilidad y el progreso económico, el bienestar y la tranquilidad de la gente. Todo un tiempo histórico está en peligro. 'President, posi les urnes!'". Ay, señor Godó, mire a donde le ha llevado su inmensa insensatez. Antes de su JxSí había estabilidad, progreso económico, bienestar y tranquilidad, pero querían más y más, a costa de lo que fuera. La avaricia rompe el saco.

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