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Forcadell elude dirigir la palabra a los miembros de la oposición

La presidenta del Parlamento catalán delega en su vicepresidente primero la respuesta a las quejas de Ciudadanos y el PSC. 

La presidenta del Parlamento catalán delega en su vicepresidente primero la respuesta a las quejas de Ciudadanos y el PSC. 
Carme Forcadell, durante una reunión de la Mesa del Parlamento catalán. | EFE

La tensión entre la oposición no independentista del Parlamento de Cataluña y la presidenta de la cámara, Carme Forcadell, ha llegado a su punto máximo en la reunión de la Junta de Portavoces celebrada este lunes. Hasta el extremo de que la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ni ha dirigido la palabra a los representantes de Ciudadanos y el PSC en la Mesa del parlamento autonómico, cuyas funciones limitará la aplicación del articulo 155 de la Constitución que aprobará el Senado, previsiblemente, a final de esta semana.

Precisamente la declaración institucional realizada el pasado sábado por la cámara catalana contra las medidas anunciadas ese mismo día por Mariano Rajoy, tras un Consejo de Ministros extraordinario, con el fin de restaurar el orden constitucional en Cataluña y convocar en un plazo máximo de seis meses elecciones, ha sido el punto de ignición de la trifulca, en la que Forcadell ha optado por delegar su palabra al vicepresidente primero, el diputado de Junts Pel Sí y miembro del PDeCAT Lluis Guinó.

El vicepresidente segundo del Parlamento y diputado de Ciudadanos, José María Espejo, se ha quejado airadamente de que Forcadell se erija en "defensora de los ciento treinta y cinco diputados" que componen la cámara cuando en el último mes y medio, desde las sesiones de principios de septiembre que dieron luz verde a las llamadas leyes de desconexión, no ha hecho mas que "acallar" a la oposición. En ese sentido, ni Espejo ni el secretario segundo de la Mesa, el diputado del PSC David Pérez, fueron informados de esa declaración contra el 155.

"Al dictado de Puigdemont"

Lo cierto es que la tensión vivida este lunes no tiene precedentes, según el testimonio de alguno de los asistentes, que no dejan de mostrar su "sorpresa" por la actitud de Forcadell: "Cada día salen con una idea nueva. Se hace lo que ellos dicen y punto. Les estamos diciendo que no pueden actuar al dictado de Puigdemont".

Incluso en las jornadas del seis y el siete de septiembre, donde el bloque constitucionalista y algunos diputados del grupo que integra a Podemos, como el veterano dirigente de Iniciativa Per Catalunya Joan Coscubiela, denunciaron un atropello a los derechos de los diputados no independentistas por la tramitación exprés de las leyes de referéndum y de transitoriedad que pretendían validar la consulta ilegal del 1-O, las reuniones de la Mesa y la Junta de Portavoces se mantuvieron dentro de cierta cordialidad. No hubo entonces palabras gruesas ni, como ahora, una presidenta que ignora abiertamente a sus interlocutores.

Un pleno que puede depender del Senado

La bronca se volverá a reproducir, a buen seguro, antes del pleno del Parlamento catalán previsto en principio para el jueves, pero que podría alterarse si finalmente el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, decidiera aceptar la invitación del Senado para dar explicaciones en la cámara alta sobre si pretende o no proclamar la independencia. La intención de Ciudadanos, que lidera la oposición en Cataluña, es que si entre las propuestas que se presenten para el pleno está la declaración de independencia, ni siquiera sea admitida a trámite.

Una posibilidad es que el pleno comience el jueves por la mañana y se suspenda hasta el viernes, para que en el ínterin Puigdemont acuda al Senado. En ese caso, sería el viernes cuando podría votarse la declaración de independencia que los diputados de Junts Pel Sí y de las CUP firmaron solemnemente el pasado 10 de octubre, pero que Puigdemont pretendió dejar en suspenso durante su discurso en el hemiciclo.

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